Hay gran poder en los buenos hábitos. Por ejemplo,
buenos hábitos alimenticios, nos encaminar a una mejor salud física. Buenos
hábitos sociales, nos ayudan a establecer y mantener mejores relaciones con la
gente a nuestro alrededor. Y buenos hábitos, en lo que respecta a nuestra vida
espiritual (como lo son una vida de oración activa, el estudio de la Biblia,
apertura al hacer del Espíritu Santo, congregarnos, dar con generosidad y el
servicio) nos ayudan a fortalecer nuestra relación con Dios y avivan nuestra
fe. Pero es importante que entendamos que también los MALOS HABITOS tienen
poder. Nos limitan, nos mantienen apartados del propósito de Dios, y si no los
atendemos y sacamos de nuestra vida, nos pueden hasta destruir. TENEMOS QUE DEJAR ATRAS NUESTROS MALOS
HABITOS, pero la pregunta es: ¿cómo lo hacemos?
Hoy, a través del pasaje bíblico de Lucas 19:1-10, quisiera animarles y traer una palabra de consejo sobre COMO ENFRENTARNOS Y SUPERAR NUESTROS MALOS HABITOS, con la ayuda de Dios. Estoy seguro que la mayoría de nosotros/as reconocemos los beneficios de tener BUENOS HABITOS en nuestro diario vivir, ¿verdad que si? Y es que hasta cierto punto, nuestros hábitos (para bien o para mal), moldean la manera en que vivimos (nuestra calidad de vida).
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El pasaje bíblico de Lucas
19:1-10, nos lleva a considerar el encuentro de Jesús con Zaqueo (un personaje
muy conocido en la tradición cristiana), a través del cual, si lo estudiamos
desde una perspectiva diferente, aprendemos cómo podemos cambiar nuestros malos
hábitos y traer transformación a nuestras vidas.
Zaqueo, como nos dice la
Biblia, era un recaudador de impuestos para el imperio romano. En el tiempo
bíblico, la gente detestaba a los recaudadores de impuestos pues eran quienes
les quitaban el poco dinero que tenían, para dárselo al gobierno - quien luego
les oprimía y maltrataba (no estoy seguro que esa opinión haya cambiado mucho).
Como si esto no fuera suficiente, Zaqueo, como publicano, tenía poder (dado por
los romanos), de cobrar una cantidad mayor de dinero a la requerida, y de esta
manera obtener ganancias por su trabajo (como una comisión). El problema con
Zaqueo era que el abusaba de su poder. El tenía la mala costumbre (motivado por
su avaricia) de quitarle demasiado dinero a la gente. Era tanto lo que robaba,
que nos dice la Biblia que se había hecho rico, a costas del pueblo.
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Pero un día todo cambió PARA BIEN en la vida de
Zaqueo. ¿Qué pasó? Sencillo, se encontró con Jesús. Y lo que pasa, mis amados/as,
es que cuando nosotros tenemos un encuentro REAL con Jesús, y le conocemos -
NUESTRA VIDA CAMBIA PARA BIEN. A través de la historia de Zaqueo, aprendemos
como podemos traer cambios positivos a nuestras vidas y dejar atrás los malos
hábitos que nos limitan. En la historia de este hombre, vemos como Dios nos
liberta, si se lo permitimos, de lo que nos destruye y nos separa de Su
plenitud.
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Zaqueo hizo al menos CUATRO
cosas, cuando se encontró con Jesús, que lo encaminaron a una experiencia de
cambios positivos y de restauración en su vida, que nosotros también, realmente
si queremos dejar atrás malos hábitos, TENEMOS QUE ESTAR DISPUESTOS HA HACER:
PRIMERO, Zaqueo
al encontrarse con Jesús, RECONOCIO SU ERROR. Mis amados/as, mientras nos la
pasemos encubriendo nuestras malas costumbres y pecados, y justificándonos,
nada bueno va a ocurrir. El llamado de Dios es a que en humildad reconozcamos
que hay cosas que tienen que cambiar en nuestras vidas. Seamos específicos.
Llamémoslas por su nombre. Seamos honestos con nosotros/as mismas, aun si la
verdad nos duele. No hay de otra, este es el primer paso para encontrar sanidad
- reconocer lo que está mal, CONFIANDO en el amor y la misericordia de Dios. La
Biblia, en 1 Juan 1:9, claramente nos enseña esta verdad cuando nos dice que: "Si confesamos nuestros pecados, Dios,
que es fiel y justo, nos los perdonará y nos limpiará de toda maldad".
SEGUNDO, Zaqueo, al encontrarse con Jesús, tomó la
decisión de dejar de hacer lo que estaba mal. Mis amados/as, si queremos
dejar atrás los malos hábitos - tenemos que tomar la decisión de cortar con
ellos de una vez y por todas. No lo podemos seguir postergando, ni dejarlo para
luego. El pecado, comienza en nuestras vidas como producto de una decisión. De
la misma forma, la restauración comienza, cuando DECIDIMOS cambiar nuestra
manera de vivir - Y LO HACEMOS. La invitación de Jesús a Zaqueo fue clara - "Tengo que quedarme HOY en tu casa".
Nos dice la Biblia, que Zaqueo, "...se apresuró a bajar y, muy contento,
recibió a Jesús en su casa". Si quieres ver cambios positivos en tu vida,
TOMA LA DECISION de cambiar HOY, y abre tu vida al poder transformador de
Jesucristo.
TERCERO, Zaqueo dejo atrás una MALA conducta, y abrió
su vida a ALGO BUENO Y MEJOR. Si tú quieres ver cambios en tu vida, no te
puedes conformar con pedir perdón por las cosas malas que haces, y luego seguir
haciendo lo que sabes no agrada a Dios. Nuestra confesión, si va a provocar
cambios POSITIVOS, tiene que también incluir el ARREPENTIMIENTO - que no es
otra cosa que un CAMBIO DE VIDA. La Biblia, claramente nos los enseña en
Romanos 12:9, cuando nos dice: "Aborrezcan
el mal; y aférrense al bien". Las palabras de Zaqueo ante su encuentro
con Jesús fueron: "Ahora mismo voy a
dar a los pobres la mitad de mis bienes, y si en algo he defraudado a alguien,
le devolveré cuatro veces la cantidad que sea". Zaqueo, antes que
Jesús le visitara, vivía consumido por su pecado y sus malos hábitos [separado
de Dios y de la comunidad que le despreciaba], pero cuando él se bajó de aquel
árbol y paso tiempo con Jesús, su vida CAMBIO. Su avaricia y amor al dinero fue
cambiado por generosidad y compasión por los demás. Zaqueo dejó LO MALO para
hacer lo BUENO.
FINALMENTE, Zaqueo reconoció que el cambio en su vida,
fue posible gracias a la ayuda de DIOS. Este hombre no hubiera podido
cambiar en sus propias fuerzas - NOSOTROS TAMPOCO PODEMOS. Mis amados/as, es
solo cuando reconocemos nuestra fragilidad y abrimos nuestras vidas al poder
transformador del amor de Jesucristo que podemos superar lo que nos limita. La
apertura de Zaqueo al amor de Dios fue evidente. Jesús mismo lo declaró cuando
dijo: "Hoy ha llegado la salvación a
esta casa...porque el Hijo del hombre vino a buscar y a salvar lo que se había
perdido". Cuando nos tragamos nuestro orgullo y reconocemos que
necesitamos la ayuda de Dios, el viene a nosotros, nos visita y RESTAURA
NUESTRAS VIDAS.
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Lo que Dios hizo por Zaqueo,
lo puede y quiere hacer por nosotros también. En este día escucha a Jesús
diciéndote "tengo que quedarme HOY
en tu casa". Si realmente quieres ver cambios positivos verdaderos y
permanentes en tu vida, y dejar atrás esas cosas que sabes son malas y que no
te permiten vivir plenamente:
- Acepta y confiesa tu error.
- Toma la decisión de cambiar - HOY.
- Abre tu vida a una mejor manera de vivir -
haciendo lo que es BUENO.
- Y, reconoce que no puedes
solo/a - y PIDILE A JESUCRISTO QUE TE AYUDE.
Mi oración es que al igual que
Zaqueo, ante esta invitación tan especial, nosotros también, nos apresuremos y
dejemos atrás nuestro orgullo, y con alegría recibamos a Jesús en nuestra casa,
nuestro corazón - EN NUESTRA VIDA. Si tu respuesta a la invitación de Dios, es
SI, alégrate, y llénate de esperanza porque..."Hoy ha llegado la salvación
a tú casa".
Amén.
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