Tengo una confesión que hacerles. No sé a cuantos/as de ustedes les pasa, pero a mí nunca me han gustado mucho las películas que se presentan en la época navideña. No es que estas películas no sean bonitas, o no presenten mensajes positivos de los que podemos aprender algo. El problema es que la mayoría de las veces, al ver como Hollywood nos presenta su versión de la Navidad, algo en mi casi siempre termina diciendo: la Navidad que esa película presenta NO ES REAL. NO ES REAL, porque en todas las películas navideñas, siempre se las arreglan para que al final, en los minutos finales de la historia, todos los problemas se resuelvan, toda la gente que estaba peleada se reconcilie, todo el que estaba perdido lo encuentren, todos los villanos terminen en la cárcel, todas las personas reciban los regalos que querían…y, no importando en que parte del mundo tome lugar la trama de la película – siempre cae nieve y se escuchan los cascabeles del trineo de Santa Claus. Por tal razón,
Reflexiones breves por el Pastor Héctor A. Burgos