Muchas veces, aun sin saberlo, vivimos a medias nuestra relación con Jesucristo. Vamos por la vida con nuestras copas a medio llenar cuando el anhelo de Dios es llenarnos hasta que sobreabunde su bendición. Incluso, llega un momento en que, si no recapacitamos, nos conformamos con ver nuestras copas a medio llenar, y pensamos que todo está bien, cuando no es así. Pero, Dios no quiere que nuestras copas estén a medio llenar. Dios las quiere llenar hasta que se desborden en bendiciones. Dios no nos bendice hoy, para que nos sostengamos de esa bendición por el resto de nuestras vidas. Cada día, Dios anhela derramar sobre nosotros/as nuevas bendiciones que nos permitan vivir en la llenura de su amor. La Biblia nos dice que cada día trae su propio afán, ¿verdad? – pero, de la misma manera, cada día también trae consigo nuevas bendiciones, pues las misericordias del Señor se hacen nuevas a cada momento –!Aleluya! A través del pasaje de 2...
Reflexiones breves por el Pastor Héctor A. Burgos