Hay un dicho popular que dice que: “mientras más uno se tarda en atender un problema…más grande se hace el problema” ¿lo han escuchado? Hace tiempo atrás, una persona a quien aprecio mucho me comentó que llevaba unos meses con un dolor muy intenso en una de sus rodillas. Al escuchar esto, le pregunté si había ido al médico para que le hicieran estudios para ver que pudiera estar mal. En un tono como quien ya no quería hablar del asunto, el me dijo que no tenía que ir al médico pues "se estaba tomando unos medicamentos que había comprado en la farmacia y eso controlaba la cosa".
Unos meses después, nos volvimos a encontrar y en esta ocasión mi amigo estaba caminando con la ayuda de un bastón. Yo alarmado al ver esto, le pregunté otra vez si había ido al médico para que lo chequearan. Su respuesta fue “no, los medicamentos me ayudan [pero ahora necesitaba un bastón], y estoy orando mucho” - todavía no me apedreen. La semana pasada, estuve en una actividad donde esperaba ver a mi amigo, pero él no estaba. Preocupado, luego de la actividad lo llamé para saber que le había pasado. Cuando hablamos, él me comentó que unos días atrás había ido al médico luego de no poder resistir más el dolor, y luego de hacerle estudios, el médico decidió inmovilizarle su pierna para evitar mayor daño a su rodilla y le había ordenado estar en descanso completo en cama.
Resulta ser, que ese dolor que mi amigo sintió casi 7 meses atrás era producto de una pequeña infección en los ligamentos de su rodilla. Pero, tristemente, debido a que mi amigo no atendió el problema, lo que se pudo haber resuelto con unos cuantos antibióticos, ahora requeriría una cirugía para reemplazar el menisco de su rodilla – el cual estaba literalmente destruido pues la infección dejó sin protección esa área, y con el caminar – todo se había dañado.
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Durante esta Cuaresma hemos estado participando juntos de una aventura de fe muy desafiante partiendo del mandato de Jesús que encontramos en la Biblia en Mateo 16:24, donde somos retados/as a dejar a un lado TODO lo que NO nos permite tener un estilo de vida digno de un/a seguidor/a de Cristo. La invitación este año, como la mayoría de ustedes ya saben, es a que en vez de privarnos de consumir o hacer algo bueno, como una disciplina espiritual, en vez, DEJEMOS DE HACER ALGO DURANTE LA CUARESMA QUE SABEMOS ES MALO y que nos ESTA LIMITANDO. Esto, con la esperanza que al final este peregrinaje, con la ayuda de Dios, podamos renunciar a eso de una vez y por todas en nuestras vidas.
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Hoy, a través del pasaje bíblico de Lucas 9:10-17, y a la luz de la experiencia de mi amigo, quisiera exhortarles (retarles...incomodarles) a que esta cuaresma dejemos a un lado algo que es sumamente peligroso y que está destruyendo a muchas personas. Mis amados/as, es tiempo de dejar de estar HUYENDO DE LOS PROBLEMAS que se nos presentan en la vida.
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Como pastor, muchas veces me pregunto cuándo la gente entenderá que no hay escapatoria a los problemas de esta vida. El mundo en que vivimos no es uno libre de problemas. La pregunta no es si algún día los tendremos, sino cuando los tengamos ¿qué vamos a hacer – ignorarlos, o atenderlos? Jesús, en sus palabras de despedida a sus discípulos lo dijo bien claro: “en este mundo enfrentarán problemas [tribulaciones] de muchas clases….”. No hay tal cosa como familias sin problemas. O matrimonios perfectos. O trabajos donde no surjan conflictos. En lo que nos atañe a nosotros como comunidad de fe, yo espero que todos/as estemos claros que no hay iglesia perfecta.
Mis amados/as, si queremos experimentar plenitud en nuestra vida, no podemos andar huyéndole a los problemas. Tenemos que aprender a enfrentarlos con dignidad y valentía, con diligencia, creatividad, CONFIANDO EN EL AMOR y la DIRECCION DE DIOS. Los problemas, cuando no los atendemos diligentemente, no desaparecen – por el contrario, CRECEN, se hacen más grandes y difíciles de resolver.
En el relato que leímos hoy en Lucas 9:10-17, podemos aprender de Jesús, nuestro Maestro por excelencia, como enfrentarnos a los problemas de la vida de una manera productiva y saludable. El texto bíblico nos lleva a uno de los momentos más famosos de la vida de Jesús – el día en que milagrosamente El dio de comer a sobre cinco mil personas. Nos dice Lucas que Jesús, en un acto de amor por sus discípulos, quienes habían estado evangelizando en la región, los llevó a un lugar solitario con la intención de que ellos pudieran descansar. Pero, debido a la fama de Jesús, tan pronto la gente del pueblo se enteró que Jesús estaba allí se acercaron en masa al lugar donde él estaba para que les enseñara – lo que él hizo con amor. No solo les enseñó, sino que nos dice Lucas que también sanó a los que estaban enfermos.
Ya cuando estaba atardeciendo, nos dice Lucas, que los discípulos se acercaron a Jesús para presentarle una situación: no había comida ni alojamiento para la gente que se habían aglomerado en aquel lugar solitario. Inmediatamente, los discípulos le sugirieron a Jesús una solución – ellos le dijeron: “Despacha a la gente y diles que se vayan a los pueblos vecinos si quieren comer, porque aquí no hay comida”. Había un gran problema: la gente tenía hambre (más de cinco mil personas, sin contar las mujeres y los niños). Y ante este problema, la solución propuesta por los discípulos fue: huirle al problema, no atenderlo, y pensar que no había nada que ellos pudieran hacer.
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Muchas veces así nosotros también respondemos a los problemas que se nos presentan en la vida: tratamos de huir (como si nos pudiéramos esconder); no los atendemos (como si fueran a resolverse por arte de magia), y segados por nuestros miedos y pesimismo pensamos que no hay nada que se puede hacer. Pero Jesús, ante tan grande problema hizo algo muy diferente - algo a lo que tenemos que prestar mucha atención, si queremos aprender una manera diferente de vivir.
ANTE EL PROBLEMA QUE JESUS ESTABA ENFRENTANDO; PRIMERO, Jesús no le huyó al problema – LO ATENDIO. El se negó a seguir la sugerencia de sus discípulos de escaparse (zafarse) del problema. Vivimos en la era del escapismo. La gente siempre está buscando maneras de zafarse de los problemas. Tanta gente viviendo atados/as a vicios de alcohol y drogas tratando de desconectarse de sus problemas. Otros pretenden que todo esta bien cuando sus vidas están ellas un desastre. Pero Jesús no escapó. El atendió el problema de FRENTE confiado de que Dios le ayudaría. Él le dijo a sus discípulos: DENLE DE COMER A LA GENTE.
SEGUNDO, ante el problema, en vez de llenarse de ansiedad y pensar que no había nada que hacer, Jesús se dio a la tarea de ver que recursos tenía disponible para atender la situación. Cuando los problemas se complican, tendemos a desarrollar una visión de túnel que nos limita y nos impide ver las posibilidades a nuestro alrededor. Los discípulos dijeron: NO HAY NADA DE COMER. Pero Jesús, porque había propuesto en su corazón enfrentar el problema, a través de cinco PANES y dos PESCADOS, vio posibilidades. Y, TERCERO, Jesús convirtió el PROBLEMA, en una OPORTUNIDAD. Con la ayuda de Dios, Jesús, transformó lo que parecía una derrota segura en una GRAN VICTORIA. El transformó lo que parecía ser un gran problema, en una BENDICION GIGANTEZCA.
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Mis amados/as, no huyamos más de los problemas. Ya sea en tu hogar, en tu matrimonio o en la relación con tu pareja. Ya sea un conflicto familiar o entre amigos. En tus finanzas o un problema de salud, o tu trabajo o tus hijos– no huyamos. Mientras más uno se tarda en atender un problema…más grande se hace el problema. Aprendamos de Jesús. Como sus discípulos hoy, sigamos su ejemplo. A los problemas de la vida – NO LE HUYAS, atiéndelos confiando plenamente que Dios de va a ayudar a sobrellevarlos. Nunca pienses que no hay nada que puedes hacer. Cuando lleguen los días difíciles, en vez de esconderte, pídele al Señor que abra tus ojos para que puedas ver posibilidades, y que te de creatividad para que te puedas enfrentar a las dificultades con una visión positiva y optimista. Siempre recuerda, que nuestros problemas, en las manos de Dios, son oportunidades. Que aun la situación más difícil Jesucristo la puede convertir en una bendición. Pues como nos enseña la Biblia, TODO OBRA PARA BIEN, para quienes confiamos en Jesucristo.
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Dios es más grande que cualquier problema. Si…el dijo que en este mundo enfrentaríamos problemas de diversas clases, pero eso no fue todo lo que Jesús dijo. Sus palabras fueron “en este mundo enfrentarán problemas de muchas clases….pero ¡anímense! Yo he vencido al mundo” Jn 16:33. En esta Cuaresma, deja algo MALO [como lo es andar huyéndole a los problemas], y renuncia de una vez y por todas, a eso que te limita, para que puedas vivir en la plenitud que Dios nos ofrece a todos/as, por medio del amor transformador de Jesucristo.
Termino declarando, en medio de todos los problemas de la vida, como lo hizo el salmista quien un dio elevo un cántico de confianza a Dios diciendo:
121 Alzaré mis ojos a los montes;
¿De dónde vendrá mi socorro?
2 Mi socorro viene de Jehová,
Que hizo los cielos y la tierra.
3 No dará tu pie al resbaladero,
Ni se dormirá el que te guarda.
4 He aquí, no se adormecerá ni dormirá
El que guarda a Israel.
5 Jehová es tu guardador;
Jehová es tu sombra a tu mano derecha.
6 El sol no te fatigará de día,
Ni la luna de noche.
7 Jehová te guardará de todo mal;
El guardará tu alma.
8 Jehová guardará tu salida y tu entrada
Desde ahora y para siempre.
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