Mis dos hijos mayores han
estado participando en el equipo de pista y campo de sus respectivas escuelas. Durante este tiempo, he disfrutado mucho verles competir. Algo curioso de este
deporte es que todas las disciplinas que se practican en pista y campo, excepto
una, dependen exclusivamente de las habilidades y el desempeño de los
deportistas como individuos. Pero, hay una excepción: la carrera de relevo. En
esta carrera en particular, el esfuerzo, no es individual, sino colectivo. No
importa cuán buenos sean los corredores, si al trabajar juntos como equipo, no
lo pueden hacer bien – lo más seguro pierden.
Un momento crucial en las
carreras de relevo es cuando los corredores se pasan el batón de uno al otro
para continuar avanzando en la carrera. Si el batón no se pasa bien, el equipo
se atrasa. Si el batón se cae, lo más seguro la carrera se pierde. Pero, si en
el momento del pase de batón todo sale bien – lo más seguro el fluir de la
carrera será positivo y el equipo tendrá mejores oportunidades de tener un buen
desempeño. Una vez le pregunté a Fabián (mi hijo mayor), cual era (en su
opinión) el secreto para tener una buena carrera de relevo. Su
respuesta me pareció muy importante, y hasta cierto punto, inspira el mensaje
que hoy estoy compartiendo con ustedes. El me dijo: “Papá, para ganar en la carrera de relevos, uno tiene que estar en
su lugar – tanto el que va a pasar el batón, como el que lo va a recibir –
tiene que estar en su lugar”.
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El pasaje bíblico de 2 Reyes
2:1-14, nos lleva a considerar los momentos finales del ministerio y la vida
terrenal del profeta Elías – uno de los personajes más ilustres en la Biblia. Elías
había tenido una vida larga y llena de frutos. Su desempeño como profeta de
Dios, fue trascendental y tuvo grandes repercusiones para la vida del pueblo de
Israel. Algo peculiar sobre el final de la vida terrenal de Elías fue que, como
nos dice la Biblia, el no vio muerte física, sino que en el tiempo asignado por
Dios, Elías fue arrebatado en un carruaje de fuego y llevado al cielo. Este evento, como menciona la
Biblia, le fue anunciado tanto a Elías, como a Eliseo, que era el discípulo más
cercano del profeta. Eliseo, quien admiraba y respetaba mucho a su maestro, le
pidió a Elías que le permitiera permanecer cerca de él hasta el final, a lo que
Elías accedió.
Cuando llegó el momento de la separación y el arrebatamiento de Elías era inminente, el profeta le hizo una pregunta muy poderosa a su discípulo Eliseo, a la que quisiera prestemos atención. Elías le preguntó: “Eliseo, ¿qué quieres que haga por ti antes de que me separen de tu lado?”. Y, si hermosa fue la pregunta de Elías, más impactante, me parece, fue la respuesta de Eliseo, quien le dijo al profeta: “Te pido que sea yo el heredero de tu espíritu por partida doble”.
Cuando llegó el momento de la separación y el arrebatamiento de Elías era inminente, el profeta le hizo una pregunta muy poderosa a su discípulo Eliseo, a la que quisiera prestemos atención. Elías le preguntó: “Eliseo, ¿qué quieres que haga por ti antes de que me separen de tu lado?”. Y, si hermosa fue la pregunta de Elías, más impactante, me parece, fue la respuesta de Eliseo, quien le dijo al profeta: “Te pido que sea yo el heredero de tu espíritu por partida doble”.
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Mis
amados/as, lo que estaba pasando aquí se parece mucho al momento en que en las
carreras de relevo, los atletas se basan el batón. Muy parecido, a las carreras
de relevo, tanto Elías como Eliseo, en el momento indicado TOMARON SU LUGAR en
la carrera y se posicionaron para el ÉXITO. Por un lado, Elías como mentor, al
preguntarle a Eliseo que podía hacer por él, tomó el lugar indicado para poder BENDECIR a su discípulo. Y por el otro lado, Eliseo, con su respuesta, se
posicionó estratégicamente en el lugar correcto para RECIBIR BENDICION, y
continuar la carrera de la fe.
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La invitación de Dios ha nuestras vidas
hoy es clara y contundente. El Espíritu Santo nos está diciendo: TOMEN SU LUGAR
EN LA CARRERA DE LA FE. Saben, la vida
cristiana no es para llevarla solos/as. En el Cuerpo de Cristo, no hay espacio
para los/as llaneros/as solitarios/as. Si como comunidad de fe vamos a poder
cumplir con la misión que no has sido dada por Dios, tenemos que tomar nuestro
lugar, en la carrera de relevo de Dios. En la iglesia de Jesucristo, NO HAY
GRADAS PARA EXPECTADORES/AS – todos/as somos atletas, y la comunidad a nuestro
alrededor, es la pista, donde el Señor nos llama a correr.
Todos/as
somos importantes y necesarios/as. Todos/as tenemos dones y talentos que
complementan el trabajo de la Iglesia. Todos/as tenemos algo que aportar para
que nuestra Iglesia se posicione para el ÉXITO, en su gestión de ser un lugar
del cual brote la vida abundante de Jesucristo alrededor de nuestra comunidad.
A los y
las Elías de hoy (el cuerpo de liderato y siervos/as) – continuemos trabajando arduamente
en las áreas que Dios nos ha llamado a servir, pero también asegurémonos que
encontramos a nuestros Eliseo's – a esas personas a las que vamos a mantener
cerca de nosotros/as, y les vamos a enseñar, y para quienes vamos a servir de
mentores para que ellos también puedan tomar su lugar de servicio y liderato
hacia el futuro. A las y los Eliseo de hoy (a las nuevas generaciones y nuevos
cristianos) – tomen su lugar dentro de la vida de la Iglesia de Jesucristo.
Pongan sus talentos al servicio de Dios. Procuren, con la ayuda del Espíritu
Santo, conocer y desarrollar sus dones espirituales; y aprendan de nuestros/as
Elías. Manténganse pegaditos/as de ellos/as y estén dispuestos y preparados/as
para en el momento asignado por Dios, tomar el batón y continuar la carrera de
la fe, sirviendo y proveyendo liderato en medio de esta comunidad a la cual el
Señor nos ha llamado a transformar en el poder Su amor.
Tomemos nuestro lugar en la CARRERA DE LA
FE. Este llamado no es solo para el servicio y liderato en la Iglesia. Esto
también aplica a tu vida cotidiana. En tu
hogar, TOMA TU LUGAR. A los que están casados/as. Esposos/as – tomen el lugar
correcto en sus matrimonios. Ámense, muestren respeto a su pareja. Trabajen
juntos/as para crecer como discípulos de Jesucristo. Padres/Madres/Abuelos/Tios,
etc – en sus familias TOMEN SU LUGAR. Nuestros/as niños/as y jóvenes necesitan
nuestro liderato en la crianza y el desarrollo de su fe. No pretendas que la
Iglesia inculque fe a tus hijos – ESE ES TU TRABAJO. Ora con ellos, enséñales a
leer y estudiar la Biblia. Siembra en ellos la semilla del mensaje de esperanza
de Jesucristo. Dales un buen ejemplo con la manera que hablas y vives.
Enséñales a ser generosos y serviciales, y a amar la justicia, y todo lo que es
BUENO. En tu trabajo. TOMAN TU LUGAR – Dando testimonio como discípulo de
Jesucristo, siendo integro, responsable, buen compañero, y siempre dando lo
mejor de ti, como si lo hicieras para el Señor.
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Mis amados/as, yo no sé ustedes – PERO YO
ESTOY CORRIENDA ESTA CARRERA PARA GANAR. ¿Cuántos/as están corriendo la carrera
de la fe para ganar? Entonces, pídele
hoy al Espíritu Santo, que te ayude a encontrar tu lugar. Que te posicione en
el lugar correcto para RECIBIR bendiciones y para SER bendición a otras
personas. Pídele al Espíritu Santo, te ayude a organizar tus prioridades para
que a Dios SIEMPRE le toque, no las sobras, sino lo mejor de QUIEN TU ERES. Pídele
al Señor, que te ayude a identificar todas aquellas cosas que te tiene
estancado y no te permiten responder al llamado de Dios para tu vida, y que en
Su poder quebrante toda cadena que te limita y no te permite avanzar en tu
caminar de fe. Pídele al Señor, que al igual que Eliseo – ponga en ti el anhelo
de HERREDAR al unción de aquellos/as que han caminado antes que ti, y el deseo
de asumir tu lugar de servicio y liderato dentro del Cuerpo de Cristo. Y si
todo esto te parece que no es posible para ti, porque todavía no has abierto tu
vida al amor de Jesucristo – la invitación entonces es DALE A JESUCRISTO SU
LUGAR EN TU VIDA.
El
pueblo de Israel entró a la tierra prometida porque Josué tomo su lugar, ante
la muerte de Moisés. David fue rey, porque aceptó el llamado de Dios a seguir
los pasos de Saúl. Eliseo continuó el ministerio profético en medio del pueblo,
porque entendió su lugar ante la partida de Elías. Los discípulos de Jesús,
fueron apóstoles, porque respondieron a la misión que les fue dada. ¿y qué de
nosotros/as? ¿Vamos a pasar el batón. Vamos a tomar el batón, o lo vamos a
dejar caer?
Toma tu
lugar en la carrea de la fe - y corre para GANAR.
Dios les bendiga tremenda reflexión
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