Ayer, comenzamos nuestra jornada de preparación, durante la temporada de Cuaresma, tiempo durante el cual la iglesia cristiana se prepara para la celebración de las Pascuas de Resurrección de Jesucristo. Los cuarenta días (40) que marcan la cuaresma están llenos de simbolismos que nos acercan a la realidad de nuestra fragilidad humana y nos ayudan a comprender mejor la amorosa acción de Dios en nuestras vidas. Durante la cuaresma pensamos en los 40 años que el pueblo Israelita vago por el desierto camino a la tierra prometida. Recordamos, la historia de Noé, y el diluvio que duró 40 días, e inundó toda la tierra a causa del pecado. También, reflexionamos en la experiencia de Jesús, donde por cuarenta días fue tentado por el diablo y experimentó en carne propia nuestras luchas y debilidad.
Algo peculiar del tiempo de cuaresma, es que durante el mismo, muchas personas deciden dejar de hacer algoque les gusta mucho, como una disciplina espiritual, procurando crecer en su fe. Algunos deciden no comer dulces, otros renuncian a los postres, algunos toman la decisión de poner a un lado su tasita de café o té. Hay quienes no comen helado, durante la cuaresma. Otras personas, dejan de comer carnes rojas, o hacen una dieta estricta de ensaladas. Más recientemente, la gente ha encontrado otras cosas de las cuales ayunar en la Cuaresma: la novela, el teléfono celular, Facebook, Twitter, la TV – y muchas otras cosas más.
Algo curioso es que, si ustedes se fijan bien, la gente renuncia por 40 días a cosas que les gustan (y que no son malas en sí mismas), y que tan pronto termina la Cuaresma, vuelven a consumir y practicar (mas que una renuncia, tomamos vacaciones). En las pasadas semanas he estado reflexionando seriamente en esto de dejar cosas durante la Cuaresma, y he obtenido una perspectiva diferente, que quisiera compartirles. Qué tal si este año, si vas a dejar de hacer o consumir algo durante el tiempo de Cuaresma, ¿en vez de dejar algo bueno, NO DEJAS DE HACER ALGO QUE SABES ES MALO DELANTE DE LOS OJOS DE DIOS? Si vamos a dejar de hacer algo, como una disciplina espiritual, ¿no creen ustedes que es mucho más productivo dejar algo que sabemos debemos eliminar de nuestra vida permanentemente?
Antes que me apedreen, déjenme explicarles. Yo creo que esta idea, tiene un sólido fundamente bíblico. Jesús, les habló claro a sus discípulos sobre el precio que nosotros/as tendríamos que pagar si queríamos seguirle. El les dijo en Mateo 16:24 “…si alguien quiere ser mi discípulo, tiene que negarse a sí mismo, tomar su cruz y seguirme”. Y esto es lo mismo que el Espíritu nos está diciendo hoy a nosotros/as también: NIEGENSE a sí mismo, TOMEN SU CRUZ, y SIGAN A JESUS. En otras palabras, el Espíritu Santo nos está diciendo en este tiempo: “Dejen a un lado todo aquello que no permita que su estilo de vida sea digno de un discípulo de Jesucristo, y desháganse de todas aquellas cosas que no les permiten caminar hacía donde Dios quiere que vayamos como personas y como Iglesia”.
En el pasaje de Mateo 5:29-30, Jesús compartió esta misma verdad de forma todavía más gráfica. Lean la chocante enseñanza – Jesús dijo: “si tu ojo derecho te hace pecar, sácatelo y tíralo. Más te vale perder una sola parte de tu cuerpo, y no que todo él sea arrojado al infierno. Y si tu mano derecha te hace pecar, córtatela y arrójala. Más te vale perder una sola parte de tu cuerpo, y no que todo él vaya al infierno”. Estas son palabras MUY FUERTES. Jesús, utilizando un lenguaje médico le dijo a la gente: lo que está mal en tu vida SACALO…CORTALO…Y TIRALO (Deshazte de eso).
Obviamente, sabemos que Jesús estaba hablando simbólicamente. Yo estoy seguro que Dios no quiere que nuestra experiencia de fe incluya navajas y órganos del cuerpo volando durante el culto en la Iglesia. Pero, Jesús si, claramente, nos está amonestando a que cortemos y renunciemos RADICALMENTE a todo aquello que actualmente esté amenazando con destruirnos y aquello que nos seduce a pecar contra Dios.
Si estás fumando, y sabes que esto lentamente está destruyendo tus pulmones – decide hoy dejar de fumar. Si estás bebiendo, y sabes que estás perdiendo el control (o ya lo perdiste) y estás alcohólico – deja de beber. Si estás jugando en el casino, sabiendo que al hacerlo estás poniendo en riesgo tu estabilidad financiera y la de tu familia – deja de hacerlo.
ES TIEMPO DE DAR UN GRAN PASO DE FE. Cuando los médicos encuentran problemas de salud graves, ellos no andan jugando. Si hay un tumor – LO CORTAN (porque saben que si no lo hacen se contamina todo el sistema). Si hay un órgano que no está funcionando – LO SACAN (porque saben que puede causar infección y envenenar todo el cuerpo). De la misma manera, hay ciertas actitudes, conductas, hábitos y pecados que si no las atendemos, eventualmente terminan contaminando…infectando…y envenenando nuestra alma. Y al igual que el médico nos diría, hoy Jesucristo (el médico de nuestra alma), nos está diciendo – ES TIEMPO DE CORTAR….DE SACAR….DEZECHAR. ES TIEMPO DE DEJAR ALGO MALO EN TU VIDA.
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Durante las próximas semanas estaremos reflexionando sobre varias cosas malas que podemos entregar como sacrificio y que al hacerlo nos encaminan a una experiencia de fe más positiva. Pero, antes de terminar, quisiera compartirles 3 cosas, que si vamos a poder comenzar esta jornada de renovación, TENEMOS que dejarlas afuera para que podamos avanzar en esta aventura de fe.
PRIMERO, si quieres renovación en tu vida, tienes que dejar a un lado LA AMARGURA, que es un veneno que nos infecta y paraliza. El Apóstol alertó a la iglesia sobre este problema en Hebreos 12:15 cuando escribió: “Asegúrense de que nadie deje de alcanzar la gracia de Dios; de que ninguna raíz amarga brote y cause dificultades y corrompa a muchos”. Jesús mismo nos alertó sobre como la amargura y los resentimientos son obstáculos muy grandes en nuestro caminar de fe. En una ocasión le dijo a la gente: “Por lo tanto, si estás presentando tu ofrenda en el altar y allí recuerdas que tu hermano tiene algo contra ti, deja tu ofrenda allí delante del altar. Ve primero y reconcíliate con tu hermano; luego vuelve y presenta tu ofrenda” (Mateo 5:23-24). De nada te vale ganar una pelea o recibir justicia de parte de los hombres si al mantenerte agarrado de tu amargura pierdes tu salvación. Jesús una vez dijo: “¿De qué sirve ganar el mundo entero si se pierde la vida? ¿O qué se puede dar a cambio de la vida?” Mateo 16:26
SEGUNDO, si quieres renovación en tu vida, si realmente quieres crecer y madurar tienes que dejar a un lado LA APATIA ¿Qué es ser una persona apática? Es ser alguien a quien las cosas importantes de la vida NO LE IMPORTAN. Es ser alguien quien por no esforzarse NO TRATA. Es alguien que siempre está negativo/a – que es cínico y pesimista en su manera de pensar. La apatía es lo contrario del COMPROMISO. La apatía destruye nuestra fe, y nos puede llevar a arruinar nuestras vidas. En vez de poner tu mente siempre en LO NEGATIVO, que tal si pones en práctica el consejo de Pablo en Filipenses 4:8, cuando escribió: “…consideren bien todo lo verdadero, todo lo respetable, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo digno de admiración, en fin, todo lo que sea excelente o merezca elogio”.
FINALMENTE – tenemos que deshacernos del desánimo, que no es otra cosa QUE TIRAR LA TOACHA. Todos tenemos momentos bajos en nuestras vidas. Todos caminamos por valles obscuros. Todos/as, tarde o temprano, nos encontramos experimentando la horrible realidad del VIERNES SANTO – donde sentimos que todo lo bueno en nuestra vida se muere. Pero, no podemos perder de perspectiva y desanimarnos, pues luego del CALVARIO – ¡están las buenas nuevas de LA RESURRECCION! Muy bien lo declaró el salmista cuando cantó diciendo: “Si por la noche hay llanto, por la mañana habrá gritos de alegría” Salmo 30:5. No te puedes dar por vencido/a.
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QUE TAL SI DEJAS ALGO durante esta Cuaresma, como una disciplina espiritual, y al meditar en que dejarás DECIDES POR ALGO MALO, que te esté limitando. Si lo propones en tu corazón, no tengo la menor duda que con la ayuda de Dios, lo vas a lograr y recibirás grande bendición en tu vida.
Basado en el libro de James Moore: Give Up Something Bad for Lent: A Lenten Study for Adults
Basado en el libro de James Moore: Give Up Something Bad for Lent: A Lenten Study for Adults
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