En Viernes Santo la tradición es predicar sobre las Siete (7) Palabras (o
frases) que se le atribuyen a Jesús en los evangelios durante su agonía en la
cruz. Pero este año, con el permiso de ustedes, voy a apartarme de esta
tradición, para reflexionar específicamente en lo que muchos estudiosos piensan
fueron las últimas palabras de Jesús en la cruz, según las encontramos en la
Biblia en Juan 19:28-30.
La Biblia, a través de los
evangelios nos presenta diferentes cuadros
de la vida de Jesús que cuando los juntamos nos ofrecen una perspectiva
bastante clara de nuestro Salvador. Los primeros cuadros que nos presenta la Biblia sobre
Jesús son hermosos. El primero nos habla de esa luz que llegó a Belén para alumbrar
a todo el mundo con gracia y con verdad. Otro cuadro, nos muestra el poder de
Jesús en ciegos que ahora podían ver, cojos que podían caminar, un muerto
resucitado, multitudes que fueron alimentadas milagrosamente, y muchas personas
que encuentran esperanza en sus palabras de vida.
El evangelio según Juan
19:28-20, dice de la siguiente manera: “
Jesús sabía que su misión ya había terminado y, para cumplir las Escrituras,
dijo: «Tengo sed». Había allí una vasija de vino agrio, así que mojaron una
esponja en el vino, la pusieron en una rama de hisopo y la acercaron a los
labios de Jesús. Después de probar el vino, Jesús dijo: «¡Todo ha terminado!».
Entonces inclinó la cabeza y entregó su espíritu.”
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Saben, estas últimas palabras de Jesús significaron
cosas diferentes para quienes las escucharon.
PARA DIOS, EL PADRE Y CREADOR,
las palabras de Jesús “está terminado” significaron cumplimiento. Todas las
profecías hechas en relación con la vida y sufrimientos de Cristo se estaban
cumpliendo. Como nunca antes, se habían cumplido todas las exigencias del Dios.
Nadie, ningún solo hombre había podido cumplir completamente con la ley de
Dios. Todos habían fracasado, pero Jesús fue el único que llevó una vida
plenamente recta ante los ojos de Dios.
Por otro lado, PARA SUS
DISCIPULOS, aquellos que habían caminado más de cerca con Jesús, las palabras
“está terminado” significaron inicialmente derrota.
La idea de que Jesús había muerto en manos de sus enemigos iba totalmente en
contra de sus expectativas. Ellos creían que Jesús era el Mesías enviado por
Dios para libertar al pueblo de Israel del yugo romano – y verlo morir, de la
manera que Jesús murió, fue algo completamente devastador. Con la muerte de
Jesús morían también sus sueños y esperanzas. Si algo iba a suceder, ya era
demasiado tarde, pues el que ellos creían sería su libertador, estaba muerto.
PARA SUS ENEMIGOS, las
palabras “está terminado” significaron rendimiento,
y tal vez victoria. Para los que confabularon en contra del Señor, sus
palabras en la cruz, le hicieron pensar que habían podido controlar al
incitador que se había levantando en contra del orden religioso y que todo
volvería a ser como antes. Para el enemigo de las almas, tal vez representaron
una victoria pues lo más seguro pensó que había podido destruir el plan de
salvación de Dios para la humanidad.
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Y, ¿qué de nosotros/as? – ¿qué significan las palabras
“está terminado (consumado es)” cuando las escuchamos proclamadas hoy en día? No sé qué
signifiquen para ustedes, pero para mí significan ESPERANZA, SEGURIDAD Y
SALVACION. La frase “está terminado”, como las encontramos en la Biblia, en
griego es tetelestai, que era la palabra que los griegos ponían en los
recibos de deuda cuando eran canceladas. Parecido al sticker que le ponen en las tiendas en los productos que compramos
para dejarle saber a todos que ya han sido pagos.
¿Entienden la importancia de
esta palabra? Cuando Jesús desde la
cruz exclamó “está terminado (consumado es)”, aun en medio de su quebranto
físico, El declaró en toda autoridad que la deuda que había en contra de la
humanidad a causa del pecado: QUEDABA
CANCELADA. Jesús en la cruz, hizo lo que tú y yo jamás podríamos haber
hecho. La deuda era impagable. Arrepentirnos por la deuda, sin pagarla, no
arreglaría nada, pues la deuda todavía existiría delante de Dios. PERO JESUS LA CANCELO PARA SIEMPRE. Y
porque Jesús canceló la deuda, es que hoy tu y yo podemos acercarnos ante el
trono de la misericordia de Dios, con la seguridad de que somos aceptados/as, y
sabiendo que gracias a Jesucristo, ya no hay NADA que nos pueda apartar del
amor de nuestro Padre Celestial.
Cuando rendimos nuestras vidas
a Jesús, y confesamos nuestro pecado de corazón y nos arrepentimos – no es
necesario preguntarnos si realmente somos perdonados o si tenemos duda. En la
cruz, cuando Jesús exclamó “está hecho” – la deuda se canceló…todos nuestros
pecados fueron perdonados y por eso es que hoy nuestra alma encuentra sanidad y
restauración y reconciliación en El. El Apóstol Pedro escribió “Jesús cargó nuestros pecados sobre su cuerpo
en la cruz, para que nosotros podamos estar muertos al pecado y vivir para lo
que es recto.Por sus heridas [dijo Pedro] somos sanados.” (1 Pedro 2:24)
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Mis amados/as, las palabras de Jesús en la cruz “está
terminado (consumado es)”, nos aseguran que tenemos esperanza. “Consumado es”,
significa que no hay pecado demasiado grande que no pueda ser reconciliado en
Cristo, y por ende, que no hay persona que este fuera del alcance del amor de
Dios en Cristo Jesús. No hay tentación, lucha ni problema que con la ayuda de
Jesucristo no podamos superar. Pero, también significa que no hay nada que
podamos hacer para salvarnos a nosotros mismos. No hay buenas obras que puedan
ganarnos la salvación. Por más sincera que sea nuestra devoción, eso no puede
pagar nuestros pecados. Solo Cristo puede. Por eso nos acercamos a Él – porque
Cristo…SI PUEDE.
“Está terminado” podrá ser la palabra
más corta, pero también es la más grande e importante que Jesús pronunció desde
la cruz. La más alentadora, la más significativa para nosotros/as. Es
"nuestra palabra", la cual recibimos como un regalo de amor de labios
del Señor Jesús.
En la antigüedad, cuando una
persona endeudada recibía una nota de cancelación tetelestai, la cual se ofrecía como un acto de benevolencia, la
persona que era liberada de la deuda, jamás trataría de pagar, pero quedaba
obligada en gratitud a la persona que le perdonaba. En esta día, en que nos
enfrentarnos al horrible cuadro de la cruz. Al horrible cuadro de nuestro
pecado – seamos agradecidos/a, pues porque Cristo pagó la deuda, hoy nosotros/as,
tenemos esperanza. ¡Está Hecho!
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