Cuando contemplas el futuro ¿tienes
una visión clara sobre la voluntad de Dios para tu vida? Una pregunta
interesante, ¿verdad?
Hellen Keller, una mujer nacida en los Estados Unidos en el siglo 19, sufrió una terrible enfermedad a los 18
meses de nacida que la dejó ciega. No
obstante, y a pesar de sus limitaciones físicas, ella llegó a convertirse en una famosa escritora y conferencista,
convirtiéndose en un ejemplo de tenacidad y superación para su generación.
Al final de sus días un reportero le preguntó “Hellen, ¿hay algo peor que estar
ciega?”, a lo que ella respondió: “Lo único
peor que estar ciego es tener vista y no tener visión”.
Tener una visión de vida es algo muy importante, pues
nos permite como individuos, familias, y como iglesia, proyectarnos y trabajar
en pos de un mejor futuro. Quien no tiene una visión clara sobre hacia donde
va, camina por la vida a la deriva, sin un rumbo fijo, desorientado, sin metas,
dando tumbos, siempre permitiéndole a la gente que le manipule y le defina. Cuando no tenemos una visión clara
sobre lo que queremos alcanzar en la vida, hacemos las cosas, por hacerlas, sin considerar sus implicaciones para
nuestra vida. Tampoco, apreciamos lo que
nuestro esfuerzo y sacrificios está construyendo.
Alguien, una vez llegó a una construcción donde habían dos obreros
trabajando. Al ver lo que hacían, les preguntó que estaban haciendo. El primer
obrero le contestó, en un tono árido, molesto: "aquí estamos pegando ladrillos, es que no ve." El
hombre, inquieto todavía, pues quería saber lo que se estaba construyendo en el
lugar, fue al segundo obrero y le pregunto lo mismo, ¿qué hacen?, y el obrero
lo miro con una sonrisa y le dijo: "Señor,
aquí estamos construimos lo que será el edificio más grande y hermoso de la
ciudad."
¿Puedes percibir, en esta corta historia, el impacto que tiene el tener, o no tener,
una visión clara en la vida? Si no tenemos visión - nos las pasaremos toda la
vida, simplemente "pegando ladrillos". PERO, si le pedimos a Dios que
nos revele Su visión y propósito para nuestras vidas, cuando estemos "pegando
ladrillos", lo haremos sabiendo, que los ladrillos que estamos pegando,
están construyendo un futuro mejor y hermoso, según la voluntad de Dios, en Cristo
Jesús.
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Mis amados/as, tener visión de futuro, el futuro deseado por Dios, para
nuestras vidas - ES MUY IMPORTANTE. Tan importante, que la Biblia nos afirma, a
modo de advertencia, en Proverbios 28:19 que “donde no hay visión el pueblo [la gente] se extravía”.
La Biblia, en Génesis 12:1-3, nos lleva a considerar un momento
importantísimo en la vida de Abraham, quien hasta el día de hoy todavía es uno
de los personajes más ilustres en la historia del pueblo de Israel, y a quien
la tradición llama, con admiración: el padre de la fe cristiana. Quisiera reflexionar
brevemente en este pasaje, a ver que podemos aprender de parte de Dios, en lo
que respecta a tener visión de vida.
Dice la Palabra de Dios, en Génesis 12:1-3, así "El Señor le dijo a Abraham: «Deja tu tierra, tus parientes y la
casa de tu padre, y vete a la tierra que te mostraré. 2 »Haré de ti una nación
grande, y te bendeciré; haré famoso tu nombre, y serás una bendición. Bendeciré
a los que te bendigan y maldeciré a los que te maldigan; ¡por medio de ti serán
bendecidas todas las familias de la tierra!»"
¿Qué estaba
pasando en este relato bíblico? Sencillo, Dios le estaba compartiendo a Abraham
Su visión de futuro para él, y su familia. Dios le dijo,
i) QUIEN Abraham llegaría a ser, ii) COMO
Dios le habría de ayudar en el camino, iii) y las grandes BENDICIONES que
Abraham recibiría de parte de Dios cuando esa visión se materializara. De esta
experiencia de Abraham, podemos aprender mucho sobre lo que es necesario, si
queremos capturar y alcanzar la visión de Dios. Al menos, tres cosas muy
importantes, a las que tenemos que prestar mucha atención:
PRIMERO,
tenemos que ser sensibles a la voz de Dios. Mucha gente
se queja de que Dios no les habla, o que no oyen la voz de Dios. Pero, mis
amados/as, Dios habla, claramente. Dios provee dirección, inequívoca. La
pregunta que nos tenemos que hacer es si estamos procurando la dirección de
Dios en nuestras vidas, y cuando El nos habla, si estamos siendo sensibles a Su
voz. Jesús, en repetidas ocasiones durante su ministerio, mientras predicaba a
las multitudes, terminaba sus enseñanzas diciendo "el que tenga oídos para
oír - que oiga". En otras palabras,
Jesús le decía a la gente - PRESTEN ATENCION. Si tu quieres capturar la visión
de Dios para tu vida, tienes que pedirle al Espíritu Santo que afine tus oídos
espirituales, para que puedas escuchar a Cristo hablando a tu vida, y luego PRESTALE
ATENCION - pues El tiene algo hermoso que compartir contigo. ¿amén?
SEGUNDO,
cuando Dios hable a tu vida, tienes que tener fe, y creer que lo que Dios te
comparte, es digno de toda confianza. Cuando Dios
nos muestra Su visión, la misma será tan grande, que nuestro primer instinto será
pensar que NO ES POSIBLE. Miren el caso de Abraham. Oigan, Dios no le dijo a
este hombre, que iba a ser dueño de unas cuantas vacas. Dios le dijo que del el
saldría una nación grande, ilustre y que sería de bendición para muchos. Y a
pesar de que a primera vista lo que Dios le estaba prometiendo a Abraham
parecía humanamente imposible por razones obvias, pues Abraham y su esposa no
podían tener hijos, Abraham (sin importar la esterilidad de su mujer), en fe,
le creyó a Dios. De la misma forma, nosotros/as, si queremos caminar en los
propósitos de Dios, en fe tenemos que creer que lo que Dios declara sobre
nuestra vidas (nuestras familias, nuestros proyectos, e incluso nuestros
problemas) es VERDAD Y POSIBLE, en Cristo Jesús.
Y TERCERO, si
tu realmente anhelas capturar y vivir el propósito de Dios y la visión de Dios
en tu vida, tienes que caminar en pos de la visión de Dios, y esforzarte para
que la misma se materialice en tu vida, no importando los sacrificios y lo
difícil que parezca. Abraham escuchó a Dios. Abraham le
creyó a Dios, y porque le creyó, y entendió la gran bendición que había sido
declarada sobre su vida, en confianza - OBEDECIO. No fue fácil para Abraham,
pues ir en pos de la visión de Dios para su vida implicó salir de su lugar de
comodidad (su tierra). También, Abraham tuvo que hacer cambios radicales en su
vida, dejando a un lado a su parentela. E incluso, se expuso al repudio de su
familia, al dejar la casa de su padre, que era símbolo de honor y estabilidad.
Caminar en pos de la visión de Dios para nuestra vida a veces será muy difícil.
Representará sacrificios e inconvenientes. PERO, vale la pena, pues al otro
lado de esos sacrificios, de esos inconvenientes, nos espera la promesa de DIOS
para bendición de nuestras vidas.
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Dios tiene una visión de futuro para tu vida, para tu familia, para tu
matrimonio, para tu trabajo. Dios tiene una visión de futuro para Su iglesia QUE
ES BUENA Y DE BENDICION. El Señor, hablando a través del profeta Jeremías
(29:11), declaró al pueblo de Israel en uno de sus momentos más difíciles de la
siguiente manera: " ...yo sé muy
bien los planes que tengo para ustedes —afirma el Señor—, planes de bienestar y
no de calamidad, a fin de darles un futuro y una esperanza."
- Aleluya.
Seamos
sensibles a lo que Dios ha soñado para cada uno de nosotros/as, para nuestras
familias, y para nuestra iglesia. Creamos y confiemos, que lo que Dios declara
sobre nuestras vidas es VERDAD y digno de nuestra CONFIANZA. Y, en fe y obediencia, caminemos y trabajemos para que
la visión de Dios se haga una hermosa realidad. Y, aun si la visión de Dios
tardare en materializarse - CONFIA, ESFUERZATE, Y SE VALIENTE.
El profeta Habacuc, a quien Dios le había mostrado la visión de
restauración del pueblo israelita luego de su exilio, en una ocasión,
desesperado y lleno de frustración pues la visión de Dios se estaba tardando
más de lo que él creía poder soportar le reclamó al Señor, diciéndole: "¿Hasta cuándo, Señor, he de pedirte
ayuda sin que tú me escuches? ¿Hasta cuándo he de quejarme de la violencia sin
que tú nos salves? 3 ¿Por qué me haces presenciar calamidades? ¿Por qué debo
contemplar el sufrimiento? Veo ante mis ojos destrucción y violencia; surgen
riñas y abundan las contiendas. 4 Por lo tanto, se entorpece la ley y no se da
curso a la justicia. El impío acosa al justo, y las sentencias que se dictan
son injustas."(1:2-4).
Escuchemos hoy, y prestemos atención a la respuesta de Dios a Habacuc,
pues es palabra divina, digna de confianza, que todavía es válida y relevante
para nuestras vidas hoy. El Señor le contestó a Habacuc, y nos dice a
nosotros/as, hoy: "«Escribe la
visión, y haz que resalte claramente en un lugar público, para que pueda leerse
de corrido. Pues la visión se realizará en el tiempo señalado; marcha hacia su
cumplimiento, y no dejará de cumplirse. Aunque parezca tardar, espérala; porque
sin falta vendrá." (2:2-3)
Dios tiene una visión de futuro para ti, y para mí.
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