¿Qué
significa realmente ser un discípulo de Jesucristo? Esta es una
pregunta que la iglesia cristiana se ha hecho en innumerables ocasiones, a
través de los tiempos. Cada generación a tratado de contestarla para sí misma,
con la ayuda del Espíritu Santo. Nosotros/as, no somos la excepción a la regla.
Como cristianos/as en este tiempo, es muy importante que constantemente nos
preguntemos que significa realmente ser discípulos
de Jesucristo, en el siglo 21, en el lugar donde el Señor nos ha plantado
para dar buen fruto para gloria de Dios.
La realidad es que las implicaciones
de seguir a Jesús, han sido diferentes a través de la historia. Cada
generación, ha contestado esta pregunta, a la luz de sus circunstancias y las
realidades sociales que enfrentaban. Por ejemplo, a diferencia de hoy en día,
donde uno puede adorar a Jesucristo libremente (en la mayoría de los lugares),
hubieron tiempos en la historia donde identificarse como un seguidor de Cristo,
representó rechazo, violencia, y le podía costar a uno hasta la muerte.
Pero no importando las peculiaridades
históricas de cada generación, es muy importante que tengamos una visión saludable de lo que significa ser
un discípulo de Jesús, desde una perspectiva
bíblica. Desafortunadamente, hoy en día, hay mucha gente que anda diciendo
lo que creen significa ser discípulos, que aun cuando se oye bien y suena bonito
(y lucrativo), no cuadra, ni pasa el cedazo de la Palabra de Dios.
El pasaje bíblico en Lucas 9:23-26, nos lleva al momento en
que Jesús, contestó esta pregunta, para sus primeros discípulos. Respuesta, que
quisiera que consideremos brevemente. Como nos dice Lucas, Jesús, en medio de
una conversación con sus discípulos más cercanos, donde por primera vez, les
anunció el sufrimiento que enfrentaría a manos de algunos líderes religiosos, y
su eventual muerte en la cruz del calvario, le dijo a sus discípulos de la
siguiente manera: "Si alguien quiere ser mi discípulo[a], que se niegue a sí mismo,
lleve su cruz cada día y me siga."
Aun, cuando para cada generación, como
ya les explique, la respuesta a la
pregunta de qué significa ser un discípulo de Jesucristo será un poco diferente
- la enseñanza de Jesús en Lucas, nos provee al menos tres principios
espirituales que trascienden los tiempos, y que todavía hoy, son relevantes
para nosotros/as. Lucas 9:23 dice: "Si
alguien quiere ser mi discípulo[a], que se niegue a sí mismo, lleve
su cruz cada día y me siga."
Antes que nada, es importante hacerles
la aclaración, que esta enseñanza aplica a las personas que QUIEREN ser discípulos de Jesucristo. Tristemente,
hoy en día, mucha gente quiere vivir los beneficios
del Reino de Dios, pero en realidad no les interesa ser discípulos/as de Jesús. Entonces, la primera pregunta que tienes
que hacerte en este día es: "realmente, ¿quiero ser un discípulo/a de
Jesucristo?" Yo no sé ustedes, pero, mi respuesta a esta pregunta es un
rotundo SI - yo quiero ser un discípulo de Jesús.
Ahora, consideremos, a grandes
rasgos, algunas de las implicaciones que nos presenta el querer ser discípulos de
Jesús:
Primero, sin decorarlo mucho, Jesús
le dijo a sus seguidores, y nos dice a nosotros/as hoy: Realmente, ¿quieren ser
mis discípulos/as? Entonces, niéguense
a sí mismos/as. Esto se complicó
- desde el principio. Pues como nos aclara Lucas, querer ser discípulos/as de
Jesús, requiere RECONOCER la AUTORIDAD y SOBERANIA de Cristo sobre nuestras
vidas. Requiere que rindamos nuestro destino a la dirección constante del
Espíritu Santo, quien nos ayuda ver las cosas de una forma diferente a como las
considerábamos antes.
En palabras sencillas, si queremos
ser verdaderos discípulos de Jesucristo, tenemos que entender que el QUE MANDA ES JESUS. Negarnos
a nosotros mismos, implica RENUNCIAR a nuestra manera de pensar, y de vivir,
para dar espacio a la vida de Cristo en nosotros/as. Implica renunciar a
nuestro plan de vida, para dar lugar al propósito de Dios. Si Cristo no manda
en tu vida hoy (si tu eres el que está en control); si Su verdad todavía no
tiene autoridad en tu manera de vivir - tienes decisiones que tomar, porque NO
PODEMOS ser discípulos de Cristo, sin antes negarnos a nosotros/as mismos.
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Segundo, Jesús nos dijo: si alguien
quiere ser mi discípulo, que lleve su cruz cada día. Y, aquí no se trata de irnos a Home Depot
a comprar dos pedazos de palo y hacernos una cruz para andar cargándola por
ahí. Tomar la cruz cada día, es
entender en esencia, que ser cristiano, no es un trabajo part-time, sino a
tiempo completo. Si realmente tú eres un discípulo/a de Jesucristo, tú no
eres cristiano solo los domingos en la Iglesia, sino TODOS LOS DIAS de la
semana. Y como consecuencia, todo lo que haces en tu diario vivir TIENE que
estar alineado a la voluntad de Cristo para tu vida. No hay vacaciones, ni días
por enfermedad, ni licencia familiar.
Si realmente queremos ser discípulos
de Jesucristo, tenemos que vivir nuestra fe, TODOS LOS DIAS, con todas las
personas, en toda circunstancia, no importando las consecuencias. Oigan, y al
final del día, yo no sé porque hay tanta gente que insiste en vivir una fe a
tiempo parcial - SI LOS TRABAJOS PART TIME NO OFRECEN BENEFICIOS! Solo una vida
consagrada a Dios, nos encamina a las bendiciones y beneficios que Dios nos
ofrece en Cristo Jesús.
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Tercero, Jesús concluyó diciendo, si
alguien quiere ser mi discípulo: SIGAME.
Seguir a Jesús, en términos sencillos, significa reconocer que él es el
SEÑOR y nosotros/as somos sus siervos/as; El es el MAESTRO, y nosotros/as, somos LOS
ESTUDIANTES. Significa entender que nuestra atención se debe concentrar en
seguir a Jesús, no en pretender que Jesús nos siga a nosotros. Significa que
debemos estar constantemente buscando Su Reino, y no el nuestro (que en ninguna
manera se iguala a la vida abundante en Cristo).
Ser discípulo/a de Jesucristo, no es
cosa de una experiencia, de una confesión, de un momento, de un sentimiento, ni
de emociones. Ser discípulo de Jesucristo se trata de UNA RELACION, constante. Todos
los días, tenemos que nutrir está relación. Tenemos que pasar tiempo con Jesús,
procurando su dirección y sabiduría, que nos encamina en la senda que conduce a
innumerables bendiciones.
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Jesús nos ofrece su amor y su gracia,
para que nosotros/as podamos ser sus discípulos. No es un cheque en blanco para
que andemos haciendo lo que nos da la gana. Su meta es que aprendamos de Él,
para que tengamos una nueva vida, abundante, y llena de bendiciones.
La pregunta es, realmente, ¿queremos
ser sus discípulos/as?
Espero,
tu respuesta sea un sincero - SI, quiero ser un discípulo de Jesús.
Y, que en humildad hoy, cada día, te niegues a ti mismo, reconociendo la
autoridad de Dios en tu vida; tomes tu cruz, siendo un cristiano a tiempo
completo, y le sigas, confiando que El te guiará por el camino que conduce a la
vida eterna.
Les dejo con las palabras del Apóstol
que encontramos en Tito 2:11-14, que dicen:
"En verdad, Dios ha manifestado a toda la humanidad su gracia, la cual
trae salvación y nos enseña a rechazar la impiedad y las pasiones mundanas. Así
podremos vivir en este mundo con justicia, piedad y dominio propio, mientras
aguardamos la bendita esperanza, es decir, la gloriosa venida de nuestro gran
Dios y Salvador Jesucristo. Él se entregó por nosotros para rescatarnos de toda
maldad y purificar para sí un pueblo elegido, dedicado a hacer el bien".
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