En esta vida, todos/as, tarde o temprano nos enfrentamos a problemas y
situaciones difíciles. De hecho, la realidad es que lo más seguro, todos/as de
una manera u otra, hoy estamos viviendo alguna situación difícil o manejando un
problema en nuestra vida cotidiana. ¿Verdad que sí? Entonces, la pregunta delante
de nosotros, ante la realidad de los problemas es: ¿cómo los vamos enfrentar cuando lleguen? o ¿cómo estás enfrentando las
situaciones difíciles que vives hoy? No es si algún día tendremos
problemas, porque como el mismo Jesús nos dejó claro "En este mundo tendremos problemas..." (Juan 16:33).
El salmista, en una ocasión mientras pasaba por una situación muy
difícil y peligrosa, escribió un cántico de confianza en el Señor y exclamó:
"A las montañas levanto mis ojos; ¿de
dónde ha de venir mi ayuda? Mi ayuda proviene del Señor, creador del cielo y de
la tierra."(Salmo 121:1-2).
Saben, tristemente, muchas veces los problemas se tornan inmanejables e
insoportables, no porque sean situaciones horribles y complicadas. Lo que pasa
en realidad, aunque no lo queramos aceptar,
es que muchas veces, a diferencia del salmista que en el día malo levantó
su rostro al cielo para declarar su dependencia total de Dios y para pedir la
ayuda del Señor, nosotros/as, tratamos de resolver las situaciones difíciles
que se nos presentan en la vida a
nuestra manera, creyéndonos que nos las sabemos todas. Entonces, se nos
forman unos nudos horribles, y las cosas se complican más de lo que debieran. Nos
llenamos de ansiedades innecesarias. De miedos y temores. Nos sobrecoge la
incertidumbre. Nos llenamos de tristeza (algunos hasta se deprimen). El coraje
se apodera de nosotros/as como una hiedra venenosa. A veces hasta sentimos como
que nos queremos dar por vencidos - con las situaciones, y/o con las personas. Y
cuando nos damos por vencidos/as, nos sobrecoge un sentido de impotencia, nos
caemos, nos rompemos, y sentimos como que se nos escapan las bendiciones de
Dios, perdemos la paz, y nos llenamos de amargura.
---
En este tiempo, en medio de todos mis problemas, situaciones, y retos
ministeriales como pastor (que a veces son muchos y complicados) - el Espíritu
Santo me ha hecho sensible, de una manera muy hermosa, a mi dependencia total
de Cristo. Jesús dijo en una ocasión: "Yo
soy la vid y ustedes son las ramas. El que permanece en mí, como yo en él, dará
mucho fruto; separados de mí no pueden ustedes hacer nada." Estas
palabras de Jesús en Juan 15:5, me recuerdan, que con Cristo - todo es posible.
Que, con Cristo, todo problema tiene solución. Con Cristo toda montaña es
escalable. Con Cristo, todo nudo se puede desenredar y desatar. Con Cristo toda
crisis se puede superar. Con Cristo, aun la situación más complicada se puede
resolver, y aun relación más lastimada, puede encontrar sanidad. Pero, esta
palabra también me ha recordado, otra verdad: que SIN CRISTO NO PUEDO HACER
NADA. Cuando me aparto de Dios, o me resisto a su dirección, los problemas se
complican. Las montañas se hacen más grandes. Los nudos, se aprietan. Las
crisis, se salen de control. Y las relaciones se marchitan y se echan a perder.
---
Entonces, en medio de nuestros problemas, de nuestras situaciones
difíciles, de nuestras crisis personales o de familia: asegurémonos que nuestra
mirada está y permanece en el lugar correcto: EN CRISTO. Cuando tu mirada está puesta en los problemas, TODO LO
QUE PODRAS VER SERA EL PROBLEMA – te sentirás como que estás en un callejón sin
salida. Pero, cuando tu mirada está puesta fijamente en Cristo, aun en medio de
los problemas, tu veras posibilidades, oportunidades de mejorar y cambiar, y porque
donde está Cristo, siempre hay esperanza, no perderás la esperanza de un tiempo
mejor y recibirás las fuerzas para seguir adelante.
El Apóstol Pablo declaró en Romanos 8: "Si Dios está de nuestra parte, ¿quién puede estar en contra
nuestra?...¿Quién acusará a los que Dios ha escogido?...¿Quién nos
condenará?...¿Quién nos apartará del amor de Cristo?... ¿La tribulación, o la
angustia, la persecución, el hambre, la indigencia, el peligro, o la violencia?
...en todo esto somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó."
---
En este día pregúntate "¿cómo
estás enfrentando tus problemas y situaciones difíciles? ¿A tu manera, o
reconociendo tu dependencia total de Cristo, confiando plenamente en su amor y
protección, y procurando Su ayuda en todo momento? Si tu respuesta humilde
es “a mi manera”, lo más seguro: ESE ES EL VERDADERO PROBLEMA. Y si tu
respuesta es “a la manera de Cristo”, quiero que sepas que no importando lo
difícil que todo parezca, ponernos en las manos del Señor, en el día malo es el
paso que nos abre camino hacia las soluciones y la bendición de Dios.
---
La invitación de parte de Dios es a que entreguemos nuestra jornada de
vida completamente en las manos del Señor, y no importando los problemas que
tengamos que enfrentar, a que sepamos que no estamos solos (Dios está a nuestro
lado), y nos ayuda. El mismo salmista lo escribió: "“Él no permitirá que tropieces; el que
te cuida no se dormirá. En efecto, el que cuida a Israel nunca duerme ni se
adormece. ¡El Señor mismo te cuida! El Señor está a tu lado como tu sombra
protectora.”(Salmos 121:3-5. NTV). No importa lo obscuro que sea el
problema, o lo difícil de la situación, cuando ponemos las cosas en las manos
del Señor, Dios nos ayuda a convertir nuestros problemas en bendiciones, pues
como dijo el Apóstol Pablo "todas
las cosas obran para bien, para los que aman y confían en el Señor".
En medio de tus problemas, no promuevas contiendas ni peleas, por el
contrario, procura la paz, pues Jesús dijo que bendecidos son quienes trabajan
por la paz. En medio de tus problemas, procura la sabiduría de Dios, que es el
mejor consejo que jamás podrás recibir. El profeta Eclesiastés (9) dijo de
parte de Dios: "Vale más la
sabiduría que las armas de guerra. Más se atiende a las palabras tranquilas del
sabio que a los gritos de los necios." En medio de tus problemas, si
te sientes cansado, mantente pegadito/a de Jesús, pues él dijo: "Vengan a mí los que estén cansados y
agobiados y yo les haré descansar." Y si ya no puedes más - NO TE DES
POR VENCIDO, en vez, pon tu carga en las manos del Señor (entrégasela), y
espera pacientemente, pues en el tiempo indicado, Dios obrará para bendición de tu vida.
---
Termino, compartiéndoles una palabra de exhortación que encontramos en
la Biblia, en 1 Pedro 5:6-10, donde el Apóstol está animando a los cristianos
de su tiempo que estaban pasando por situaciones muy difíciles. Les invito a meditar
y responder a ellas en humildad, poniéndolas en práctica para bendición de sus
vidas. El Apóstol Pedro dijo a la iglesia, en medio de sus momentos difíciles: "Humíllense, pues, bajo la poderosa
mano de Dios, para que él los exalte a su debido tiempo. Depositen en él toda
ansiedad, porque él cuida de ustedes. Practiquen el dominio propio y
manténganse alerta. Su enemigo el diablo ronda como león rugiente, buscando a
quién devorar. Resístanlo, manteniéndose firmes en la fe, sabiendo que sus
hermanos en todo el mundo están soportando la misma clase de sufrimientos. Y
después de que ustedes hayan sufrido un poco de tiempo, Dios mismo, el Dios de
toda gracia que los llamó a su gloria eterna en Cristo, los restaurará y los
hará fuertes, firmes y estables. A él sea el poder por los siglos de los
siglos. Amén. "
Comentarios
Publicar un comentario