¿Alguna vez se les ha perdido algo de mucho valor y se
vuelven locos/as buscándolo hasta que lo encuentran? Recientemente, se me
perdió mi "Memory Stick o USB Drive" en la iglesia. Para los que no saben
que es esto, y porque es tan importante para mi, sepan que en este pequeño
pedazito de plástico, yo tengo almacenados más de 8 años de documentos
personales y de ministerio - unos 12,000 documentos aproximadamente, para serles
más exactos. Entonces, imagínense el estrés y la ansiedad que me dio cuando se
me perdió. Lo tenía en mi bolsillo, junto con las llaves, y cuando metí la mano
para buscarlo...NO ESTABA.
Amados/as, a mi se me enfrió todo el cuerpo. En
cuestión de segundos me llené de mucha ansiedad. ¿Y que si no lo encontraba?
¿Cómo recuperaría los documentos? muchos de ellos sumamente importantes y
necesarios en el momento. Inmediatamente, comencé a buscar el aparatito por
toda la Iglesia como un loco. No fue fácil. Ese día habíamos tenido Food Pantry
en la Iglesia...cientos de personas habían estado en la iglesia. Yo había
caminado por todo el edificio. Para colmo, el color de la alfombra, obscura,
hacía la tarea más dificil. Por más de 2 horas estuve buscando sin éxito. Las
hermanas que estaban sirviendo ese día podían notar mi ansiedad y me
preguntaban que me pasaba...que buscaba. Yo estaba devastado...pensando ya lo
peor. Cuando de repente...AHHHH, ahí estaba, lo encontré en el piso debajo de
una silla. Oigan, al instante mi tristeza...mi ansiedad...mi frustración...SE
TRASFORMÓ EN UNA GRAN ALEGRIA..."mi palito de memoria se me había
perdido...pero ya lo había encontrado".
Yo no más importaba lo que había pasado...como se había
perdido...como rayos había terminado debajo de esa silla - lo importante era
QUE LO HABIA ENCONTRADO.
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El pasaje bíblico en el
evangelio según Lucas 15:1-10, nos presenta con una escena parecida...PERO muchísimo
más importante. Nos dice el Apóstol Lucas, que en una ocasión, Jesús se
encontraba enseñando (y como ocurría siempre), se acercó mucha gente al lugar
donde el estaba para escucharlo. Entre la multitud que se aglomeró para escuchar a Jesús, se
encontraban , personas que eran consideradas pecadores, los indeseables, lo más
bajo, los que eran considerados inmundos en aquel tiempo. Algunos líderes
religiosos del tiempo, al ver la gente con la que Jesús "se estaba
juntando", comenzaron a criticar Jesús-
pues para ellos, juntarse con esa clase
de gente "no era correcto", pues uno se contaminaba.
Jesús, consciente de lo que estaba pasando, y para
tratar de explicarle a los líderes el porque el hacía lo que hacía, le contó
tres relatos cortos (o parábolas como le conocemos en la iglesia) - de las
cuales, hoy, escuchamos dos. La de la oveja perdida, y la de la moneda perdida.
Como escuchamos, en ambos de estos relatos, se había
perdido algo de mucho valor: una oveja y una moneda. Y aun cuando para nuestros
oidos del siglo 21 estas cosas no parezcan ser importantes....una oveja (que las
vemos en el zoologico todo el tiempo)...y una moneda (que muchas veces las
dejamos tiradas por todas partes, como si no valieran nada). En el tiempo de
Jesús, una oveja, para un pastor, representaba el medio por el cual el obtenía
el sustento para la familia. Y una moneda perdida, para mujer en aquel tiempo,
era cosa seria. En el tiempo bíblico, las mujeres, si estaban casadas, no
administraban dinero. Entonces, lo más seguro la mujer del relato de Jesús, era
viuda (pues si hubiera estado soltera, estaría bajo el cuidado de su padre). Y
perder una moneda, en su pobreza, podía hacer la diferencia entre comer o no
comer. Es como si hoy se le perdiera a alguien el CELULAR – muy importante. Tambien,
vemos que en ambos relatos, quien pierde lo que es de valor...sale a buscar lo
perdido con urgencia. Y que en ambos relatos, al encontrarse lo perdido, hay
gran alegría y celebración.
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No le voy a dar muchas vueltas a esto....NOSOTROS SOMOS
ESA OVEJA. NOSOTROS SOMOS ESA MONEDA...Y EL QUE ESTA BUSCANDO, ES CRISTO JESUS.
Un día, por causa del pecado nos les
perdimos a Dios. Nos separamos de sus cuidados. Tal vez nos perdimos de
forma dramática, a través de un acto de reveldía que nos apartó. O, tal vez,
fue poco a poco... a través de pequeñas decisiones equivocadas que nos fueron
apartando de Dios. En realidad, el como nos perdimos no es tan importante, pues
al final del día estabamos perdidos/as: sin esperanza de volvernos a encontrar.
Pero, gloria al nombre de Jesús, que tan pronto Dios se dio cuenta que nos
habíamos perdido SALIO A BUSCARNOS - Aleluya. (No se perdió Dios…nosotros/as
fuimos los que nos perdimos).
Somos tan importantes para Dios, mis amados/as, que nos
dice la Biblia, que al igual que el PASTOR, que dejó todas sus ovejas para ir
en busca de la que se le había perdido, Dios lo dejo TODO para ir en busca de
nosotros/as. Dejó su trono...dejó su
gloria...TODO, por amor de ti y de mi...ESTABAMOS PERDIDOS, pero Cristo salió a
buscarnos.
Somos tan importantes para Dios, que nos dice la
Biblia, que al igual que LA MUJER, que al percatarse que había perdido su
moneda, en la obscuridad, encendió una lámpara, barrío toda la casa y no paró
hasta que la encontró. Asi mismo, Dios, cuando nos les perdimos, en medio de la
obscuridad encendió una lámpara al mundo, Jesucristo, quien todavía hoy está
alumbrando el camino de regreso al Padre, y movio cielo y tierra, y no escatimó
dando hasta su propia vida, para encontrar lo que se le había perdido...para
encontrarnos a nosotros/as.
Somos tan importante para Dios que, al igual que en el
relato de la Biblia, cuando Cristo te encontró, EN EL CIELO HUBO FIESTA (yo no
se si alguna vez te hayan hecho un party) pero el día que Cristo te encontró
HUBO FIESTA EN EL CIELO POR TI...y el corazón de Dios se llenó de alegría...pues
mis amados/as, estabamos PERDIDOS/AS, pero Jesucristo NOS ENCONTRO.
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Y, la alegría de Dios...la fiesta del cielo...tiene que
ser contagiosa. Se nos tiene que pegar. Yo no se que le produce a usted saber
que Dios no ESCATIMO nada para encontrarle y traerle de regreso a casa, y
restaurar su vida, PERO YO ME LLENO DE ALEGRIA. Cuando pienso que sería de mi
vida si Jesucristo no me hubiera encontrado...mi corazón reboza en alabanza y
gratitud.
Estaba perdido, pero mi Buen Pastor, Cristo Jesús me
encontró. Estaba herido, y el me sanó. Estaba hambriento, y el me alimentó.
Había obscuridad en mi vida, pero ahora brilla en mi la luz de Cristo (esa luz,
que como dijo el Apostol Juan, nada ni nadie jamás podrá extinguir). Había
sucio en mi casa...pero Cristo ya barrió - y quedo TODO limpio, cuando el ME
ENCONTRO.
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Mis amados/as, hoy es día de celebración...cada día, a
cada hora, a cada instante - SIEMPRE, recuerda con alegría y gratitud, que
ESTABAS PERDIDO/A - PERO CRISTO YA TE ENCONTRO, y está haciendo TODAS las cosas
nuevas en tu vida.
Y si hoy, aun cuando estás en la iglesia, te sientes
perdido/a, sin esperanza, viviendo en la obscuridad, como que algo te falta y
nada en este mundo te lo puede dar, tengo buenas noticias para ti. JESUCRISTO,
todavía está buscando...y si confiesas tu necesidad de El, y te arrepientes de
tus errores y pecados - A TI TAMBIEN TE ENCONTRARA EL SEÑOR. A ti, también, te
sanará el Señor. A ti, también de limpiará y restaurará. Y por ti también habrá
fiesta y regocijo en el cielo.
ESTABAMOS PERDIDOS/AS - PERO
JESUCRISTO NOS ENCONTRO.
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