Lea, Romanos 12:9-21 | Hace un
tiempo atrás vi un reportaje en las noticas sobre un evento muy singular que ocurrió
en una playa en Europa. Resulta ser que cambios drásticos en la temperatura del
agua y una baja en el nivel de sal provocaron que miles de estrellas de mar
quedaran varadas en la orilla de la playa, destinadas a morir, dado que estos
animales marinos no pueden estar mucho tiempo fuera del agua.
Ante tal
tragedia ecológica, los oficiales del gobierno cercaron el área afectada y le
prohibieron a la gente acercarse, mientras llegaban los expertos en biología
marina, para no hacerle daño a las
estrellas de mar. El reportero resaltó que en un momento dado, la gente que
observaba, estaba muy frustrada porque nadie estaba haciendo algo para tratar
de salvar las estrellas de mar. Por lo que un joven entre la muchedumbre que se
había aglomerado para atestiguar este triste evento, cruzó el cerco que la policía
había establecido y comenzó a recoger estrellas de mar de la arena y a
lanzarlas al agua en un intento de salvarlas.
Inmediatamente,
un policía trato de detenerlo diciéndole "no pierdas tu tiempo, pues son
demasiadas estrellas, solo podrás salvar unas cuantas, y eso no hará gran
diferencia". El joven, afortunadamente, no le hizo caso al policía, y
continuo lanzando las estrellas de mar al agua, pero antes le riposto diciendo:
"claro que hará una gran
diferencia...salvare la vida de todas las estrellas que pueda regresar al mar".
Ante la respuesta del joven, el policía no pudo argumentar nada más, y se unió
al el en su gestión de amor - y a ellos dos, se unieron cientos de personas,
quienes juntos/as devolvieron al océano la mayoría de las estrellas de mar que habían
quedado varadas. Un milagro de amor, todo porque una persona decidió hacer lo que era correcto.
La semana
pasada comenzamos una serie de tres mensajes titulada "Tres Reglas
Sencillas", a través de la cual el Señor quiere plasmar para nosotr@s un
mapa sencillo y claro, que nos ayude a mantenernos enfocados/as en nuestro
caminar de fe como discípulos de Jesucristo y como iglesia, hacia el futuro. Reglas,
que como les comente, han sido parte de la tradición en la Iglesia Metodista
Unida desde sus comienzos, y han tenido un impacto muy grande en mi caminar de
fe personal.
La semana
pasada consideramos la primera de las tres reglas que forman parte de este plan
de vida: "No Hacer lo que es
Malo". Si realmente anhelamos avanzar en nuestro caminar de fe, es crucial que primero dejemos de caminar
hacia atrás. Para acercarnos a la plenitud
de Cristo, primero tenemos que proponer en nuestro corazón dejar de hacer
las cosas que nos apartan de Dios. Como discípulos
de Jesucristo, es importante que entendamos que los “NO” de Dios en la
Biblia, no son mandatos que nos limitan, sino enseñanzas
liberadoras que ponen freno al pecado en nuestras vidas, y nos proveen límites y balance
en nuestro caminar de fe. La Biblia en la
primera parte de Romanos 12:9 claramente nos dice "aborrezcan lo
malo..." y Romanos 13:10 nos aclara que el amor que procede de Dios
"no perjudica ni hace daño al prójimo."
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Pero saben algo, dejar de hacer lo malo, no es
suficiente. Si…Romanos 12:9 nos dice
"aborrezcan lo malo..."
pero también nos aclara que un discípulo de Jesucristo debe también hacer lo
que es bueno. Pablo dijo "aborrezcan
lo malo, y aférrense a lo que es bueno".
Somos salvos/as por gracia y fe en Cristo - pero nuestra fe no puede limitarse
a ser pasiva (a dejar de hacer), sin acción y con una actitud de consumerismo (cómoda),
donde siempre todo lo que estamos pensando es “que beneficios podemos obtener.”
Lo que Dios espera es que si nosotros aceptamos el regalo de la salvación, le
permitamos que nos transforme y nos conduzca a una vida mejor y diferente. ¿Amen?
Entonces, a la luz de esta aclaración, les hoy les comparto la segunda regla
para una vida plena en Cristo: "hacer
el bien". Una regla sencilla, que al igual que la primera, nos
mantiene enfocados en nuestra gestión de "amar a Dios, y amar a nuestro prójimo".
El Apóstol
Pablo, en Romanos 12:9-21, compartió con la iglesia cristiana una palabra de exhortación
que nos ayuda a entender mejor lo que significa vivir "haciendo el
bien". En este pasaje Pablo, curiosamente, ató sus recomendaciones sobre
lo que para el significaba hacer el bien, a el amor. Y lo que pasa es, mis
amados/as, que quien hace el bien...ama;
y quien ama procurara siempre hacer el bien.
Desafortunadamente,
mucha gente en nuestros tiempos conoce a los cristianos solo por lo que no
hacemos, por lo que prohibimos, o por lo que censuramos. Oigan, ¿pero que de
nuestro hacer? ¿Qué creen ustedes pasaría si en vez de conocernos solamente por
lo que no hacemos, también manifestáramos el amor de Cristo a través de las
cosas que SI hacemos? Yo les voy a decir lo que pasaría: UNA REVOLUCION. El
mundo sería transformado en el amor de Jesucristo.
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Bueno, y ¿qué
significa vivir haciendo el bien? Según Romanos 12:9-12, entre otras cosas
significa ser:
-
Personas sinceras, transparentes,
que aman sin apariencias. Que procuramos mantener y desarrollar relaciones
saludables, basadas en respeto y mutualidad. (vs 9-10).
-
Vivir haciendo el
bien, requiere diligencia y pasión sirviendo a nuestro prójimo en el amor de
Jesucristo y el poder del Espíritu Santo (vs.11).
-
Vivir haciendo el
bien, requiere una actitud positiva ante la vida, y plena confianza en Dios
(vs.12).
-
Cuando procuramos
vivir haciendo lo que es bueno, no nos hacemos los de la vista larga ante el
sufrimiento de los demás (y mucho menos tratamos de justificar nuestra inacción)
sino que ayudamos a los que necesitan, dando lo mejor de nosotros con
generosidad. (vs13)
-
Significa ser
personas hospitalarias que reciben y aceptan a los demás, no importando su
trasfondo de vida, como Cristo nos recibió y aceptó a nosotros (vs15).
-
Hacer lo bueno requiere
que seamos solidarios los unos con los otros - que nos alegremos con los
triunfos y alegrías de los demás, y que también nos identifiquemos con el dolor
de nuestros hermanos (vs 16).
-
También, significa
ser personas humildes, y que valoran las aportaciones de los demás en nuestras
vidas.
-
Y muy importante,
Hacer el bien, implica ser personas que procuramos la paz, que no somos
vengativas ni rencorosas, y que como nos exhorta la Biblia, pedimos la bendición
de Dios sobre aquellos que nos hacen daño (si usted no puede hacer esto - tiene
que regresar al calvario, pues nuestra relación con Dios está basada en el perdón
y la misericordia que Jesucristo nos compartió).
En fin, mis
amados, en un mundo de tanta maldad, de tanta violencia y de tanta injusticia,
hacer el bien, se nos presenta como la mejor manera de vivir - Pablo dijo a la
iglesia: "no se dejen vencer por el
mar, al contrario, venzan el mal, haciendo el bien" (vs.21). Así de
sencillo.
---
Nuestra fe,
si realmente está viva, es activa. Entonces, no perdamos oportunidades de hacer
lo que es bueno. Nunca pensemos, como los oficiales de la historia que le conté
al principio, que nuestros buenos actos son innecesarios o que no harán una
gran diferencia. Seamos como el joven que se lanzó a rescatar las estrellas de
mar - quien hizo el bien, simplemente porque era lo correcto, y porque sabía
que su amor en acción iba a tener un impacto positivo.
El Apóstol
Santiago alerto a la iglesia sobre esta gran verdad cuando escribió (2:14-17)
" ¿hermanos míos de que le sirve a
uno alegar que tiene fe, si no tiene obras? ¿Acaso podrá salvarlo esa fe?
Supongamos que un hermano o una hermana no tienen con que vestirse y carecen
del alimento diario y uno de ustedes les dice: que les vaya bien, abríguense y
coman hasta saciarse, pero no les da lo necesario para el cuerpo. ¿De que
servirá eso? así también la fe por si sola, si no tiene obras, está muerta.”
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En este tiempo, Dios nos está invitando a vivir en la plenitud de Cristo. A simplificarnos la vida.
A mantenernos enfocados en lo que es verdaderamente importante en esta vida – amar a Dios sobre
todas las cosas, y a nuestro prójimo como Jesús nos enseñó. El Señor quiere que cada día nos acerquemos más y más, y procuremos la vida abundante de Cristo. A que
avancemos, crezcamos, maduremos y a que demos buenos frutos.
Hoy, el Señor
nos está exhortando a que también propongamos en nuestros corazones, hacer el
bien, no como una opción, sino como una norma de vida. En el nombre de Jesús:
hagamos todo el bien que podamos, de todas las formas que podamos, en todos los
lugares que podamos, con toda la gente que podamos, todas las veces que
podamos.
Una vida
sencilla, pero plena en Cristo Jesús.
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