Este próximo jueves, la nación americana celebrará el Día de Acción de
Gracias. Millones de personas se reunirán con familiares y amigos para
compartir la tradicional cena que caracteriza esta ocasión. Lo más seguro, la
mayoría de nosotros/as, ya estamos haciendo los preparativos para este día tan
especial. Que si comprar el pavo (o pernil), el arroz, la ensaladas, los
ingredientes para el relleno, el postre y todas las demás cosas que
tradicionalmente hacemos para la celebración del Día de Acción de Gracias. Las
invitaciones ya se enviaron...y lo más seguro ya hay acuerdo sobre el lugar y
la hora de la reunión.
Díganme, ¿Cuantos/as
van a celebrar el Día del Pavo con su familia o alguna amistad? ¿Cuantos/as ya
están haciendo sus preparativos? Bueno, prométanme algo. Primero,
que celebraran con moderación, procurando, sobre todo, dar testimonio como
discípulos/as de Jesucristo. ¿amén? Y segundo, prométanme que no importando donde o con quien celebren el jueves, que
tomarán un tiempo especial para DAR GRACIAS A DIOS POR LAS BENDICIONES QUE LES HA CONCEDIDO
DURANTE EL PASADO AÑO. ¿sí?
Puede ser que algunos se pregunten porque les he pedido que me prometan
que tomarán tiempo para dar gracias a Dios en el Día de Acción - si todo el
mundo sabe que eso es lo que se debe hacer en ese día. Sencillo, mis amados/as,
porque lo que pasó en la familia del drama que vimos, no es ficción, sino una
recreación de algo que, tristemente, está pasando cada año en más y más hogares
en el Día de Acción de Gracias: se celebra - PERO NO SE DA GRACIAS. Porque lo
que pasó con los nueve leprosos en el relato de Lucas 17:11-19,
lamentablemente, TODAVIA PASA mucho en medio del pueblo de Dios. El Señor
bendice a la gente, PERO LA GENTE NO AGRADECE A DIOS POR LA BENDICION.
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¿Cuántos/as se
consideran personas bendecidas? Yo me considero bendecido... y ustedes ¿se
consideran bendecidos/as? Entonces, mis amados/as, porque
reconocemos las bendiciones que recibimos de parte de Dios - en TODO TIEMPO
seamos personas agradecidas.
No seamos como los nueve leprosos que nos menciona el Apóstol Lucas, que
luego que recibieron sanidad de Jesús, no regresaron a agradecerle por su
misericordia. No seamos como estos nueve hombres, que luego de haber sido
testigos del poder de Dios en sus vidas, no atribuyeron la gloria a Jesús, quien
había sido el autor de su bendición.
En este día, pidámosle al Espíritu Santo que nos haga como ese leproso -
que tan pronto como se dio cuenta que estaba sano - regresó y se postró a los
pies de Jesús para adorarle y expresar su gratitud. Que el altar de la Iglesia no
sea un lugar donde solamente nos arrodillemos para pedir, para llorar, para
quejarnos y lamentarnos por nuestros problemas. Que el altar también sea un
lugar donde en humildad nos postramos a los pies del Señor, como una expresión
de alabanza y gratitud a Jesucristo por todas sus bendiciones.
Pídele al Espíritu Santo, que cuando seas bendecido/a, como lo hizo el
leproso que volvió a Jesús, tu tampoco lo pienses dos veces, en atribuir tus
bendiciones a Jesucristo. Haz lo que sea necesario para que sea Cristo quien se
lleve toda la gloria. Que si somos rápidos para clamar a Dios en medio de
nuestras luchas, MAS RAPIDOS seamos para agradecerle cuando nos bendice. Mis
amados/as, porque muchas veces nos tardamos demasiado. Yo he estado en
situaciones donde le he tenido que decir a alguien: QUE RAYOS ESTAS ESPERANDO
PARA DARLE GRACIAS A DIOS POR TU BENDICION. Que más tiene que hacer Jesucristo
para que le reconozcas, para que te postres, para que le adores - ¡PARA QUE LE
DES LAS GRACIAS!
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Seamos agradecidos/as. Por el amor que has recibido de parte de Dios en
Cristo Jesús. Por su gracia, por su perdón, por su salvación: se agradecido/a,
y vive esa gratitud por medio de tu obediencia. Nos obedezcas por miedo, porque
la Biblia claramente dice que para los que estamos en Jesucristo, no hay condenación.
Obedece, porque eres agradecido/a y porque entiendes que, como Jesús nos
aclaró, no hay mejor forma de mostrar nuestro amor al Señor, que por medio de
nuestra obediencia – así, la bendición será doble.
Por la provisión que constantemente recibes de Dios - Jehová Yireh. Por
su sostén, sus cuidados: se agradecido/a, y vive esa gratitud por medio de tu
generosidad. No ofrendes en la Iglesia porque te sientes obligado/a. Da
generosamente, porque reconoces que todo lo bueno que tienes, sea mucho o poco,
es Dios quien te lo ha dado. Y que al dar, recibes bendición, y eres un
instrumento de bendición para otras personas. También, ofrenda tu vida al Señor
en servicio. Tus dones, tus talentos, tus habilidades - son todas bendiciones
de Dios. No te las quedes para ti solo/a - compártelas. Aquí en la iglesia. y
en la comunidad. Cuando sirves, cuando ayudas, cuando colaboras, cuando
compartes lo mejor de quien tu eres, a través del servicio, les estás diciendo
al Señor, con tu vida - GRACIAS.
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En nuestro diario vivir, seamos agradecidos/as. Esposos/as - pidámosle
al Señor que la palabra "gracias" sea una que nuestras parejas
escuchen saliendo de nuestras bocas más a menudo. Seamos agradecidos por los
detalles especiales, y aun por aquellas cosas que creemos son responsabilidad y
obligación de nuestro cónyuge. Hijos/as, niños/as, especialmente los jóvenes
(escúchenme bien), sean agradecidos/as con sus padres/madres - Ellos/as no son
perfectos, pero hacen todo por amor, siempre tratando de darles lo mejor. No
crean que se lo merecen todo. No crean que siempre papá y mamá tienen que
darles todo lo que ustedes quieren. Sean agradecidos/as - pues la gratitud es
la energía que nos anima (a los padres/madres) a seguir luchando por ustedes.
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En este Día de Acción de Gracias, y TODOS LOS DIAS, seamos personas
agradecidas, y que la manera en que vivimos, y como damos lo mejor de nosotros/as
a Jesucristo en nuestro diario vivir, sea la forma de como expresamos nuestra
gratitud al Señor.
OREMOS: Amado Dios, GRACIAS por
todas las bendiciones que recibimos de Ti. Gracias porque un día estábamos
enfermos al pecado y recibimos sanidad en Cristo Jesús. Porque la lepra que
cubría nuestra alma fue limpiada con la sangre que se derramó en la cruz del
calvario. Gracias porque en ti encontramos la esperanza y promesa de una vida
plena y abundante. Gracias porque en todo momento, buenos y malos, estás a nuestro
lado - proveyendo, protegiéndonos, bendiciéndonos. Por medio del Espíritu
Santo, haznos sensibles a tu hacer en nuestras vidas, y enciende en nosotros/as
la llama de tu amor, para que en todo tiempo, a través de lo que somos, lo que
hacemos, decimos, incluso lo que dejamos de hacer por amor a Ti, podamos dar un
testimonio claro y contundente al mundo, de nuestra gratitud por. Por
Jesucristo nuestro Señor, Amén.
Gracias Hector. Yo doy gracias por tener salud, buenos amigos y por el trabajo que Dios me ha dado. Cuidate mi hermano. Jorge Rodriguez
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