Hoy, es un día muy especial. Como discípulos de Jesucristo, tenemos la
bendición de poder celebrar juntos una de las ocasiones más hermosas en la
tradición cristiana. El Día de Epifanía (o mejor conocido en la tradición
Hispanoamericana como el Día de los Reyes), conmemora la ocasión que nos relata
la Biblia en Mateo 2:1-12, cuando Tres Sabios de orientes, guiados por una estrella,
llegaron para adorar a Jesús, aun cuando era niño.
La palabra Epifanía, según el diccionario, significa: "revelación
o manifestación de algo esperado o deseado". Por eso, el nombre de
esta celebración, pues el nacimiento de Jesús, el Mesías, fue un evento que fue
anunciado por los profetas, mucho antes de que ocurriera y que era muy esperado
y deseado por el pueblo judío. El profeta Isaías, cientos de años antes de que
Jesús naciera declaró: "Porque nos
ha nacido un niño, se nos ha concedido un hijo; la soberanía reposará sobre sus
hombros, y se le darán estos nombres: Consejero admirable, Dios fuerte, Padre
eterno, Príncipe de paz"(9:6). El profeta Miqueas, también anunció el
nacimiento de Jesús, cuando dijo: "Pero
de ti, Belén Efrata, pequeña entre los clanes de Judá, saldrá el que gobernará
a Israel; sus orígenes se remontan hasta la antigüedad, hasta tiempos
inmemoriales " (5:2).
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Imaginen por un momento, la importancia del nacimiento de Jesús para la
humanidad, que , como nos dice la Biblia, hasta las estrellas en el cielo
anunciaron su llegada al mundo. Cuando Jesús nació, y aquella estrella se elevó
en el firmamento - comenzó a brillar la luz que disipa toda tiniebla; que trae
esperanza; que nos revela la gloria de Dios; y en la cual encontramos toda
gracia y verdad (Juan 1:14).
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Hoy, quisiera que reflexionemos brevemente en la respuesta de los sabios
de oriente, cuando, como ellos mismos le dijeron a Herodes, "se levanto la estrella de Cristo en
el firmamento". Mateo 2:2, nos dice que estos tres hombres, estudiosos
de los astros, cuando vieron en el cielo la estrella que anunciaba el
nacimiento de Jesús, salieron a buscarlo
- PARA ADORARLO. Su respuesta a Herodes fue: "Vimos levantarse su estrella
y hemos venido a adorarlo" (2:2).
Estos tres hombres, lo más seguro, conocían las profecías sobre Jesús, y
comprendían, en parte, las implicaciones que el ministerio de Jesús tendría
para la humanidad. Los Sabios, estaban, muy claros, que El que había nacido, no
era cualquier persona. Ellos sabían que Jesús era alguien muy especial, pues se
refirieron a él , como "rey de los
judíos" y le presentaron regalos dignos de su estatus real. Ellos sabían
que a quien la estrella les anunciaba, procedía de lo alto, y que en el residía
divinidad, pues su reacción no fue honrarlo sino ADORARLO.
Entonces, las
preguntas obligatoria para nosotros, ante la respuesta de los sabios de oriente
al nacimiento de Jesús son: y que de nosotros/as, ¿que estamos haciendo cuando
vemos la luz que nos muestra el camino a Dios? ¿para qué es que nos acercamos a
Jesús? ¿que estamos ofreciendo al Señor?
PRIMERO, ¿que
estamos haciendo cuando vemos la luz de Cristo que se levanta, mostrándonos el
camino a la plenitud de nuestro Creador? Como hacen
muchos, ¿la miramos desde lejos con admiración, reconocemos su belleza, pero
seguimos con nuestras vidas, como si nada hubiera pasado [celebramos durante la
Navidad y seguimos luego con nuestras vidas], o acaso, como los Sabios de
Oriente, reconocemos la importancia que esto tiene para nuestras vidas, y
salimos de nuestros lugares de comodidad para ir en busca de aquel que puede
traer salvación a nuestras vidas? La luz de Cristo todavía está brillando. La
vemos a cada momento. Aquí en la
iglesia, y haya fuera en el mundo. Cuando nuestros ojos se abren al resplandor
de la gloria de Dios - NO PODEMOS QUEDARNOS como si nada hubiera pasado. Si
queremos ser testigos del poder de Dios en nuestras vidas - al igual que los
Sabios de Oriente, nosotros también TENEMOS que buscar incansablemente
encontrar a Jesucristo - pues en El encontramos promesa de una vida abundante y
eterna. Si la luz de Cristo está brillando sobre tu vida - BUSCALO - el
prometió que quien lo busque, LO ENCONTRARA, y El le revelará la gloria del
Padre Celestial (Mateo 7:8).
Búscalo, por medio de la PALABRA. Dedica tiempo, cada día, para buscar a
Dios en la Biblia. La verdad que encontramos en la Palabra de Dios, como el
mismo Jesús enseñó, nos liberta de todo aquello que nos esclaviza y que trata
de limitar nuestro potencial en Dios. Búscalo por medio de la ORACION, pídele
al Espíritu Santo, te ayude a cultivar una vida de oración activa. La oración
desata el poder de Dios. Nos acerca a Jesús, y nos ayuda a crecer en nuestra
caminar de fe. Búscalo, por medio del SERVICIO. Cuando servimos en humildad,
encontramos a Jesús. Lo encontramos en los que sufren, y los que tienen
necesidad. Jesús mismo dijo que cuando servimos en amor, todo lo que hacemos
para ayudar a los que sufren, lo hacemos por El y a El.
SEGUNDO, ¿Para
qué nos estamos acercando a Jesús? ¿A caso lo
hacemos por mera curiosidad, por costumbre, o porque es la tradición de
nuestros padres, familias, o países? O realmente nos acercamos a Jesús, como lo
hicieron los Reyes, para ADORARLE, porque reconocemos que EL ES EL UNICO EN
QUIEN PODEMOS ENCONTRAR SALVACION PARA NUESTRAS VIDAS. Jesucristo, todavía hoy,
está buscando quienes le adoren EN ESPIRITU Y EN VERDAD (Juan 4:23). Personas
que le busquen, reconociendo, como lo hicieron sus primeros discípulos, que
sólo en El podemos encontrar palabras de VIDA ETERNA (Juan 6:68).
TERCERO, ¿que
estamos ofreciendo al Señor en adoración? - acaso lo
que sobra, o al igual que los Sabios, estamos presentando lo mejor de nuestras
vidas, como una ofrenda de alabanza a Jesús. Los sabios le ofrecieron a Jesús,
regalos dignos de un Rey. Y, ¿qué de ti? Estas presentando regalos a Jesús
dignos de El - Tu tiempo, tus talentos, tu tesoro (lo que tienes), tu
testimonio?
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El año 2013, va a ser uno muy especial - lo siento en mi corazón (yo no
soy profeta, pero tengo una corazonada divina que palpita muy fuerte dentro de
mi). Pero, esto será así, para aquellos de nosotros, que respondamos a la
invitación que Dios nos está haciendo hoy, de buscar, como los que anhelan, la
manifestación del poder redentor y transformador de Jesucristo en nuestras
vidas. Es tiempo de escalar nuevos peldaños , de ensanchar las estacas de
nuestras cabañas, de mirar una vez más al monte de Jehová. Es tiempo de buscar
más de Cristo - no pendientes de lo que podamos recibir, sino en rendición, y
adoración desinteresada. Dios busca quienes le adoren - por quien El es, y lo
que representa en nuestras vidas. Es tiempo de ofrecer más a Jesucristo, no lo
que convenga - sino lo que es requerido de nosotros, y de lo que El es
merecedor - LO MEJOR.
El reto y promesa de Dios, para nuestra Iglesia, para cada uno de
nosotros, en el año 2013 es: BUSQUEN MAS
DE JESUCRISTO - y eso que tanto anhelan, y han esperado, les será revelado,
y se manifestará plenamente, para bendición de sus vidas.
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