Lea, Isaias 58:1-12 | Durante
los pasados 40 días, nuestra iglesia ha estado participando de un ayuno
congregacional – un tiempo intencional donde como individuos y como comunidad
de fe hemos estado profundizando en nuestra relación con Dios y procurando
visión hacia el futuro.
Como
nos explicó la pastora al comienzo de esta jornada, cuando practicamos
las disciplinas espirituales del ayuno y la oración, nuestra fe se fortalece,
pues dejamos a un lado las distracciones que tantas veces se interponen en
nuestra relación con Dios y fijamos nuestra atención en buscar Su voluntad de
Dios para nuestras vidas, nuestras familias y nuestra comunidad.
Saben,
al terminar esta jornada de 40 días, es importante que recordemos que espera Dios
de nosotros luego de participar de esta experiencia. Orar
y ayunar, son prácticas muy importantes en nuestro caminar de fe, PERO no son
un fin en si mismas. De
hecho, NINGUNA de las tradiciones y rituales que practicamos con seguidores de
Jesús, ya sean orar, ayunar, estudiar la Biblia, participar de la Santa Cena o
recibir el sacramento del bautismo, son un fin en sí mismas, SINO,
medios por los cuales Dios se acerca a nosotros y nosotros nos acercamos a
Dios, a través de los cuales crecemos en nuestro amor a Jesús, y ganamos
claridad sobre lo que Dios espera de nosotros.
Hay
gente que tristemente piensa que son buenos cristianos porque oran y ayunan. O
porque leen la Biblia todos los días. O porque se visten de cierta manera. Pero
en realidad no funciona así. Orar
es importante. Lleer la Biblia es importante. Participar del culto público
todas las semanas es importante – PERO, no lo podemos dejar ahi.
Todo esto, tiene que producir un buen fruto en nuestras
vidas - si no hay frutos entonces todo lo que hacemos, es en vano.
Este
era el problema que enfrentaba el pueblo de Israel, cuando Dios les habló por
medio del profeta Isaias. La
gente estaba observando las disciplinas espirituales ordenadas por Dios por
razones incorrectas. La
gente creía que los rituales y la religiosidad en sí mismos les ganaban el
favor de Dios, AUN si sus vidas no reflejaban el amor de Dios. Oraban,
ayunaban, se flagelaban, se cubrían de cenizas, presentaban los sacrificios al
pie de la letra – PERO ignoraban las necesidades de su prójimo. Había
riqueza ritualista – pero pobreza de obras de misericordia que dieran
testimonio del fruto del hacer de Dios en sus vidas.
Ante
esta problemática, Dios confrontó al pueblo por su hipocresía y les aclaró que
era aquello que realmente agrada al Señor. En
vez de vivir sumidos en rituales y sacrificios materiales – Dios les recordó a
los israelitas que lo que El espera de Su pueblo es verdadera y genuina
devoción que nazca de nuestro amor y gratitud por lo que El ha hecho en
nuestras vidas. Y
que esa devoción y ese amor se traduzcan en actos concretos de amor y servicio
hacia aquellos en necesidad.
Por
los pasados 40 días oramos, ayunamos, y leímos la Biblia. Y ¿ahora qué?
No cometamos el error que cometieron los israelitas en el tiempo del profeta
Isaías. No creamos que somos buenos cristianos simplemente porque oramos,
ayunamos, leemos la Biblia. Este
tiempo de oración. Este tiempo de ayuno, Espero haya sido tiempo de crecer en
amor y devoción a nuestro Señor y Salvador Jesucristo – y que, en ese
crecimiento, haya aumentado nuestro deseo y compromiso de amar y servir a
nuestro prójimo – especialmente a aquellos que tienen necesidades.
- Oremos y ayunemos – pero también demos buen testimonio siendo personas integras, amantes de la verdad, bondadosas, y dignas de confianza. Seamos buenos amigos. Buenos vecinos. Buenos compañeros de trabajo.
- Oremos y ayunemos – pero también, como iglesia, brindemos hospitalidad radical para que TODAS LAS PERSONAS en la comunidad se sientan bienvenidas, aceptadas y amadas en nuestra comunidad de fe.
- Oremos y ayunemos – pero también demos de comer al que tiene hambre.
- Oremos y ayunemos – pero también movilicémonos a atender las necesidades de los pobres en nuestra comunidad y región.
- Oremos y ayunemos – pero también trabajemos para que los que no tienen vivienda, encuentren un lugar seguro donde vivir.
- Oremos y ayunemos – pero también asegurémonos que todo el mundo en la comunidad tenga un abrigo para el invierno.
- Oremos y ayunemos – pero también trabajemos para que los niños y jóvenes de la comunidad tengan los recursos y materiales para ser exitosos en la escuela.
- Oremos y ayunemos – pero también aboguemos por los derechos de la comunidad inmigrante.
- Oremos y ayunemos – pero también abramos las puertas de nuestra iglesia a las mujeres maltratadas y ofrezcámosle nuestro amor y la esperanza de sanidad integral.
Si se les olvida todo lo que les he
compartido, que al menos recordemos, que el Señor espera y demanda de cada uno
de nosotros verdadera y genuina devoción que nazca de nuestro amor y gratitud
por lo que Dios ha hecho en nuestras vidas por medio de Jesucristo. Y también
espera que nuestra devoción se traduzca en vidas integras, que compartan el
amor de Dios a través de actos concretos de misericordia y compasión.
Esta
semana, y todos los días, pídele al Señor que te ayude a fortalecer tu vida
devocional. Que el Espíritu Santo te movilice a la oración y al estudio de la
Biblia, al menos una vez al día. Que sea una prioridad para ti adorar en
comunidad todas las semanas aquí en la Iglesia. Y, también, pídele al Espíritu Santo, te conceda la oportunidad y el valor de
compartir el amor de Dios con actos concretos con al menos una persona TODOS
LOS DIAS, comenzando en tu hogar con tu familia, tus vecinos, tus compañeros de
trabajo y la gente con la cual te relaciones en tu vida cotidiana.
En
nuestras propias fuerzas, no podemos experimentar este estilo de vida de
bendición. Solo con Jesucristo en el centro de nuestras vidas, y la ayuda del
Espíritu Santo es que esto es posible.
Entonces,
si todavía no has entregado tu vida al amor, al cuidado
y a la autoridad de Jesús – la
invitación es a que tomes la mejor decisión de tu vida HOY y le recibas en tu
corazón y lo confieses con Señor y Salvador de tu vida. Y
a los que ya vivimos bajo el pacto de amor en Cristo Jesús – les invito a
renovar su relación de amor con Dios, y a una vez más comprometerse a ser
personas que aman de palabras y a través de hechos CONCRETOS, todos los días.
Oración: Dios,
en este día damos gracias por el amor tan grande que recibimos de ti a cada
momento. Perdónanos por las tantas veces que hemos limitado nuestra expresión
de amor a Ti, a través de rituales y religiosidad hueca, y por las veces que
hemos ignorado tu llamado de ser hacedores de bien. En el poder del Espíritu
Santo, ayúdanos a adorarte con ferviente devoción que demuestre nuestro amor y
gratitud – PERO TAMBIEN, ayúdanos a compartir nuestro amor y gratitud con otros
de maneras tangibles todos los días. Que nuestro pensar, nuestro sentir,
nuestro hablar, y sobre todo nuestro hacer, den testimonio al mundo de la
esperanza que hay en Cristo Jesús y que al menos una persona cada día experimente
tu amor salvador a través de nosotros. Oramos, con gratitud y confianza, en el
nombre de Jesús – Amen
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