¿Habrá alguien que pueda decir
que no ha tenido que pasar por momentos difíciles en su vida? Qué bueno sería poder contestar esta pregunta en la afirmativa, ¿verdad?
Pero, la realidad es que tod@s, en un momento u otro, nos tenemos que
enfrentar a problemas y situaciones difíciles en la vida.
Situaciones que atentan contra nuestro bienestar, o el de nuestra familia, o de algún ser querido. Situaciones que por su naturaleza nos producen preocupaciones, ansiedades, estrés, y hasta cansancio físico y
emocional. Y en el peor de los casos, cuando estamos pasando por estas tormentas de
la vida, nos llenamos de temores y miedos que nos roban la esperanza, y pudieran llegar a
paralizarnos haciéndonos sentir y pensar que nos estamos hundiendo en el mar de los
problemas de esta vida.
Ya en la barca y bastante de noche, nos dice Mateo, que a los discípulos se
les presentó un gran problema. Se levantó una tormenta de vientos contrarios (que vienen de diferentes
puntos), que comenzó a zarandear el barco donde ellos navegaban y los
discípulos se atemorizaron – y sintieron MIEDO.
Mateo nos dice que en medio de la tormenta, de
repente, Jesús se les apareció a los discípulos caminando sobre las aguas, y al verlo su miedo
aumentó pues creían que era un fantasma. Pero, Jesús al contemplar su temor, les dijo: “Cálmense, soy yo. No tengan miedo”. Paso seguido, Pedro, que era uno de los discípulos más cercanos a Jesús (y también
uno de los más atrevidos), le dijo a Jesús: “Señor, si eres tú, mándame que vaya a ti sobre las aguas” – a los que Jesús
accedió y Pedro se salió de la barca y caminado sobre las aguas se acercó a Jesús.
--- “Señor, si eres tú, mándame que vaya a ti sobre las aguas”. Muchas personas cuando escuchan esta frase de Pedro argumentan que él le dijo esto a Jesús como alguien que no creía. Pero, yo siempre he diferido de esta interpretación – permítanme explicarles.
Pedro YA SABIA QUIEN ERA JESUS y CREIA EN SU PODER. El
le seguía, había aceptado la invitación de ser su discípulo. El había pasado mucho tiempo cerca del Maestro y había sido testigo de
Su poder y autoridad. El le había visto hacer milagros, sanar enfermos, desafiar leyes de la
naturaleza, libertar endemoniados
Horas antes había sido testigo de cómo Jesús con tan
sólo dos pescados y cinco pedazos de pan había alimentado a más de cinco mil
personas - PEDRO YA SABIA QUIEN ERA JESUS.
Y porque sabía que el que estaba sobre las aguas era su
Señor; porque reconoció LA VOZ DE JESUS – fue que el pudo exclamar: “Señor, si eres tú,
mándame que vaya sobre ti en las aguas”. Porque el SABIA QUIEN ERA EL QUE LO LLAMABA, cuando Jesús dijo VEN, fue que Pedro en medio de la
tormenta, salió de la barca (de ese lugar donde el miedo lo estaba dominando) y CONFIANDO, caminó sobre las aguas hasta
donde Jesús estaba. Si, Pedro sintió miedo mientras caminaba sobre las aguas, y comenzó a
hundirse – PERO PEDRO CAMINO SOBRE LAS AGUAS. Y cuando sintió temor, el clamó a Jesús y el Señor extendió su mano y lo rescató – Aleluya.
--- En esta vida hay muchas cosas que temer, pero el Espíritu Santo hoy nos recuerda una vez más que: Jesucristo quiere que nosotr@s, al igual que Pedro, en medio de las tormentas que tenemos que atravesar, CONFIEMOS EN EL AMOR Y LA PROTECCION DE DIOS, Y NO TENGAMOS MIEDO.
Cuando en medio de tus luchas y problemas, escuches la voz de Dios, esa voz única de la
cual el Espíritu Santo nos da testimonio que es la voz de nuestro Salvador, CONFIA, pues el que te habla,
el que te llama a salir de la barca de tus temores y miedos para caminar a un
mejor lugar, ES JEHOVA DIOS TODOPODEROSO, PARA QUIEN TODO ES POSIBLE.
En medio de tus problemas, y los retos de la vida,
cuando Dios te diga – VEN, puedes caminar confiadamente sobre las aguas. PORQUE SABES Y CONOCES
AL QUE TE LLAMA, salte de la barca, enfréntate a la tormenta, y en el nombre de
Jesús – TU VENCERAS. No importa que tipo de tormenta sea: económica, familiar, en tu
matrimonio, una enfermedad, problemas en el trabajo, vicios, malas costumbres.
Si Jesús es quien dirige nuestros pasos – podemos
hacer lo que pensamos no era posible, podemos sobrellevar problemas que
pensábamos eran imposibles de resolver; podemos llenos de fortaleza caminar por el
valle de la enfermedad creyendo que Dios es nuestro médico y que en esta vida no habrá
lugar donde la gracia de Dios no nos acompañe.
Si Jesús es quien dirige tus pasos, puedes completar
tus proyectos, terminar tus estudios, ser un mejor hijo, un mejor padre/madre,
mejor esposo/ esposa. Puedes resistir las tentaciones que se nos presentan a cada momento,
puedes contribuir con tus talentos en el servicio en la Iglesia – en fin, TODO
ES POSIBLE EN CRISTO QUE ES NUESTRA FORTALEZA.
Y les aclaro algo, decir que todo nos es posible en Cristo que nos
fortalece, no es decir que todo en la vida será fácil, porque la gente muchas
veces piensa que su fe en Dios debería que las cosas fueran fáciles y color de
rosa. NO mis amad@s, Pedro se encontró con el poder de Dios, no en la comodidad
de su sala viendo una película en el flat screen – fue en medio de las aguas
tormentosas, en el tiempo difícil – allí Dios estuvo con el.
Algun@s dirán, “¿pero y que si me hundo?, es que yo he
tratado y he fracasado?”. Pedro, al sentir los vientos fuertes, sintió miedo, y
comenzó a hundirse. Pero aun en su temor, porque sabía quien era Jesús, exclamó
a toda voz: “Señor, SALVAME!”. El mismo Jesús que extendió su mano para salvar
a Jesús de las aguas tempestuosas, es el mismo Jesús, que extenderá su mano para salvarte
si tu
confías y clamas a El en medio de tus tormentas.
---
Dios, por medio de la Biblia, en innumerables
ocasiones, nos alienta y nos exhorta a confiar en El y no tener miedo. Quisiera terminar
compartiendo algunos versículos que han sido de mucha bendición en mí caminar de fe cuando han llegado las
tormentas. Espero que alguno hable a tu vida hoy:
Josué 1:9 - ¡Sé fuerte y valiente! ¡No tengas miedo ni
te desanimes! Porque el Señor tu Dios te acompañará dondequiera que vayas.»
Salmo 9:10 - En ti confían los que conocen tu nombre,
porque tú, Señor, jamás abandonas a los que te buscan.
Salmo 23:1 – El Señor es mi pastor – Nada me faltará.
Salmo 84:11-12 El Señor es sol y escudo; Dios nos
concede honor y gloria. El Señor brinda generosamente su bondad a los que se
conducen sin tacha. Señor Todopoderoso, ¡dichosos los que en ti confían!
Salmo 125:1-2 - Los que confían en el Señor son como
el monte *Sión, que jamás será conmovido, que permanecerá para siempre. Como
rodean las colinas a Jerusalén, así rodea el Señor a su pueblo, desde ahora y
para siempre.
Isaías: 30:30-31 - Aun los jóvenes se cansan, se
fatigan, y los muchachos tropiezan y caen; pero los que confían en el Señor
renovarán sus fuerzas; volarán como las
águilas: correrán y no se fatigarán,
caminarán y no se cansarán.
Jeremías 29:11 Porque yo sé muy bien los planes que
tengo para ustedes —afirma el Señor—, planes de bienestar y no de calamidad, a
fin de darles un futuro y una esperanza.
Romanos 8:38-39 Pues estoy convencido de que ni la
muerte ni la vida, ni los ángeles ni los demonios,[a] ni lo presente ni lo por venir, ni los
poderes, ni
lo alto ni lo profundo, ni cosa alguna en toda la creación, podrá apartarnos
del amor que Dios nos ha manifestado en Cristo Jesús nuestro Señor.
Filipenses 4:13 - Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.
Y termino con las
palabras de Jesús en Juan 10:10, quien nos dice: “El ladrón no viene más que a robar, matar y
destruir; yo he venido para que tengan vida, y la tengan en abundancia”.
Dios conoce nuestra medida de fe. Dios sabe MUY BIEN
quien verdaderamente CREE en su AMOR…y SU PODER – por eso, sabiendo que creemos
y queremos creer, hoy, una vez más Dios nos dice: Hij@s mi@s, en las tormenta de esta vida: CONFIEN.
Así nos ayude Dios.
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