Mateo 6:24-34: La Biblia, en el evangelio según Mateo 6:24-34, nos lleva a considera uno de los principios más profundos y de mayor repercusión en nuestro caminar de fe. Lo más seguro la mayoría de nosotros/as, ya hemos escuchado mensajes sobre este pasaje, o hemos participado en algún estudio bíblico donde el mismo era el centro de la conversación.
Incluso, pudiera ser que haya algunas personas que ya estén pensando que les voy a hablar de dinero, de ofrendas, de compromiso, o de prioridades, etc. Y, la realidad es que la enseñanza de Jesús en Mateo muy bien podemos aplicarla a estas áreas que son tan importantes en nuestro caminar como discípulos/as Jesucristo, pero, creo que en vez de limitarme a una aplicación, hoy quisiera que viéramos este texto desde una perspectiva más amplia y más profunda.
El vs. 24 en Mateo nos enfrenta a una de las luchas constantes de los/as cristianos/as.El Espíritu, sin muchas decoraciones, nos está aclarando por medio de esta enseñanza bíblica que nosotros/as como discípulos/as de Jesucristo TENEMOS QUE TENER NUESTRAS LEALTADES bien CLARAS.
¿Según Mateo, a quien debemos nuestra lealtad? A Dios, sobre todas las cosas. Jesús, utilizando “el amor al dinero” como una ilustración práctica de las cosas que muchas veces nos apartan de Dios, le dijo a sus discípulos: “Nadie puede servir a dos señores, pues menospreciará a uno y amará al otro, o querrá mucho a uno y despreciará al otro. No se puede servir a la vez a Dios y a las riquezas” (vs.24).
NUESTRA LEALTAD A DIOS, tiene que ser CLARA y COMPLETA. Pero cuando hablamos de lealtad a Dios, primero tenemos que hablar de aquello que hace esto posible. No podemos hablar de lealtades, o de compromiso o prioridades, sin antes considerar este principio bíblico que Jesús nos presenta en Mateo 6:24-34.
Para entregar nuestra lealtad a Dios; para poder perseverar, progresar, desarrollarnos, madurar, y mantenernos firmes en nuestra fe: PRIMERO TENEMOS QUE APRENDER A CONFIAR…EN DIOS.
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Tristemente hay muchos cristianos/as que se afanan por tantas cosas en la vida (diferente a estar preocupado/a). La gente se llena de ansiedades descontroladas ante los problemas, muchas veces, porque todavía no han aprendido a CONFIAR EN EL AMOR DE DIOS. No es que los problemas no se puedan manejar con la ayuda de Dios, es que muchas veces no confiamos en que Dios nos va a ayudar.
Esta gente, creen en Dios. Vienen a la Iglesia. Cantan y alaban con gran emoción al Señor, pero no confían en Su amor. Y porque no confían, ignoran sus enseñanzas, e insisten en vivir valiéndose de su propia sabiduría para tomar decisiones y establecer prioridades [piensan lo que es bueno para ellos/as aun cuando Dios sabe lo que es MEJOR], y desafortunadamente toman decisiones que aun cuando a primera vista parecen beneficiosas, a la larga no les conducen a nada bueno.
Tanta que gente que viene a la Iglesia, escuchan del amor de Dios, de lo importante que somos para El, de cómo el promete estar con nosotros/as en todo momento, para luego irse para la casa a “diseñar el plan B” para sus vidas, por si acaso Dios les queda mal, o llega tarde.
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Podría pasar mucho tiempo dándoles ejemplos de las cosas horribles que pasan en la vida cuando, aun creyendo, NO CONFIAMOS PLENAMENTE EN JESUCRISTO. Pero en vez de hacer eso, quisiera animarles a creer, y a confiar en lo que el Espíritu nos está tratando de enseñar hoy.
PODEMOS CONFIAR TODO LO QUE SOMOS, Y TODO LO QUE TENEMOS AL AMOR DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO. Porque el Dios que nos llama a confiarle todo, es el mismo Dios que POR AMOR, LO DIO TODO PARA QUE HOY TU Y YO TENGAMOS ESPERANZA Y SALVACION (Juan 3:16).
Jesucristo, por medio del Espíritu Santo, hoy nos está invitando a que depositemos nuestra confianza en su amor, en su misericordia, en su sabiduría, y en su fidelidad. En medio de tus proyectos, CONFIA en las PROMESAS de Dios, y camina firmemente, en fe, hacia el cumplimiento del propósito de Dios para tu vida. Dios le dijo al pueblo de Israel, por medio del profeta Jeremías y todavía lo dice a nosotros/as: CONFIA PUES YO SE MUY BIEN LOS PLANES QUE TENGO PARA TI, Y || SON BUENOS || (Jeremías 29:11).
En medio de tus problemas, CONFIA en la PROTECCION de Dios y no te afanes, al punto que te turbes, y recuerda que Dios, aun de la situación más difícil, puede traer algo bueno y de bendición para tu vida. Lo entiendas o no lo entiendas: TODAS las cosas obran para el bien de los que AMAMOS al Señor (Romanos 8:28). Yo sé y entiendo que a veces lo que pasa en la vida, sencillamente NO HACE SENTIDO en nuestras mentes finitas – pero no hay nada (NADA) que Dios no pueda transformar en una bendición para tu vida, si tu le das la oportunidad.
Cuando te sientas cansado/a, sin fuerzas, como si fueras a desmayar en tu caminar, CONFIA en el DESCANSO/ REPOSO que Dios ofrece a los/as que vienen a El, cansados/as y agobiados/as del camino (Mateo 11:28). La Palabra de Dios declara que AUN LOS MAS JOVENES en esta vida se cansan, PERO los que confían en el Señor renuevan sus fuerzas COMO EL AGUILA – caminan y no se cansan, corren y no se fatigan (Isaías 40:29-31).
Cuando parezca que todo se acaba, que las arcas se secan, que el dinero no da, CONFIA en la PROVISION DE DIOS, haz tu parte, PERO PERMITELE A DIOS SER DIOS en tu vida, en vez de afanarte, perder tu PAZ, y matarte trabajando por cosas que son pasajeras y muchas veces realmente no necesitamos o que nada aportan a nuestro bienestar.
Jesús nos dice todavía hoy, por medio de Su Palabra:
“No se preocupen por su vida, qué comerán o beberán; ni por su cuerpo, cómo se vestirán. ¿No tiene la vida más valor que la comida, y el cuerpo más que la ropa? Fíjense en las aves del cielo: no siembran ni cosechan ni almacenan en graneros; sin embargo, el Padre celestial las alimenta. ¿No valen ustedes mucho más que ellas? ¿Quién de ustedes, por mucho que se preocupe, puede añadir una sola hora al curso de su vida? »¿Y por qué se preocupan por la ropa? Observen cómo crecen los lirios del campo. No trabajan ni hilan; sin embargo, les digo que ni siquiera Salomón, con todo su esplendor, se vestía como uno de ellos. Si así viste Dios a la hierba que hoy está en el campo y mañana es arrojada al horno, ¿no hará mucho más por ustedes?”.
Y ante esta invitación, entonces, ¿Qué hacemos?
Procuremos que Dios sea el centro de nuestra vida. Busquemos y vivamos Su Reino – SABIENDO Y CONFIANDO QUE LO QUE NECESITEMOS, DIOS LO VA A PROVEER. Por más difícil que se vean las circunstancias, en vez de preguntarle a Dios si va a hacer algo por ti, con fe y confianza pídele al Señor que tu oración sea: “Señor, aun cuando no sé cómo o cuando me vas a bendecir, porque confío plenamente en tu amor, yo se que tú vas a proveer a todas mis necesidades”.
El Salmista, sabiendo la paz que emana de Dios para los que confían en su amor (como la paz que emana de una madre que alimenta a su criatura), le dijo al pueblo de Israel: “…pon tu esperanza en el Señor desde ahora y para siempre”. Y hoy, conociendo en carne propia, sobre la grandeza de las misericordias de Dios para los que confiamos en su amor, también les digo:
“Hermanos y hermanas en la fe, pongamos nuestra esperanza en JESUCRISTO ahora y para siempre, y CONFIEMOSLE TODA NUESTRA VIDA A DIOS, para que podamos continuar construyendo nuestras vidas sobre LA ROCA inconmovible, que es Cristo, el Señor.
DIOS HA SIDO BUENO, ES BUENO, Y SE MANTEDRA FIEL A NOSOTROS/AS POR LA ETERNIDAD.
Oración:
Amado Dios, en medio de nuestra fragilidad, te pedimos perdón por todas las veces, que aun creyendo no hemos confiado en ti. Perdona que aun cuando tú siempre nos hablas palabras de vidas, con tanta frecuencia las ignoramos y hacemos lo que queremos en vez de lo que es necesario. Perdónanos por las malas decisiones que tomamos, las prioridades que establecemos, y la manera en la que administramos lo que tú nos das.
Te pedimos en este día, que por medio de tu Espíritu Santo, nos ayudes a vivir, no como los que creen, SINO COMO LOS QUE CONFIAN. Que nuestra prioridad sea amarte a ti sobre todas las cosas, y compartir tu amor con los demás. Que antes de querer tener y acumular, prefiramos dar y compartir para bendición de los demás. Que antes de poner excusas y pretextos, nos entreguemos en compromiso y servicio en tu nombre.
En medio de nuestras luchas, ayúdanos a resistir la tentación de sucumbir ante el miedo que nos generan los problemas, y para que caminemos por la vida, no como los que se hunden en las aguas tempestuosas, sino como los que, porque confían, CAMINAN SOBRE ELLAS CONFIANDO EN LA VICTORIA QUE TU NOS DAS
En el nombre de Jesús, la razón por la que podemos confiar, AMEN.
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