No tienen porque no piden". Santiago 4:2c
Durante los pasados días he estado vacacionando junto a mi familia en mi amado Puerto Rico. Aun cuando viví en la isla por 27 años, la realidad es que muchas cosas han cambiado. Esto, me ha dejado sintiéndome como un turista/extraño en mi propia tierra.
Los primeros días manejar era más difícil pues el flujo vehicular ha cambiado en muchas áreas y también he olvidado como llegar a muchos lugares.
Confieso que al principio, en mi orgullo, me negaba a pedir ayuda, pues me resultaba absurdo y humillante reconocer mis limitaciones de ubicación y memoria. Llegar a los lugares que queríamos visitar tomaba más de lo debido y nos perdiamos con frequencia - todo porque me negaba a pedir ayuda.
La Biblia nos aclara que muchas veces no tenemos lo que deseamos porque en nuestro orgullo y sentido distorsionado de independencia nos negamos a pedir ayuda cuando la necesitamos. Aun cuando Jesus nos aclaró que fuera de El no podemos hacer nada (Juan 15:1), pensamos que podemos progresar separados de la direccion divina. Caemos presos de la sabiduría popular que nos dice que pedir ayuda es una señal de debilidad y nos privamos de experimentar el poder de Dios en nuestros proyectos y problemas.
Ahora que reconozco mi necesidad de ayuda, estoy llegando mas rapido a todos los lugares. Ya no me da pena pedir direcciones y estoy disfrutando aun más este tiempo de renovación y descanso.
¿En que área(s) de tu vida estás necesitando ayuda? Hoy, en humildad, pide al Señor confiando que El escucha tu oración y proveerá en su justa medida lo necesario para sobrellevar los retos y aprovechar al máximo las oportunidades que se presentan dia a dia.
»Si ustedes, que son malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, con mayor razón Dios, su Padre que está en el cielo, dará buenas cosas a quienes se las pidan. (San Mateo 7:11 TLA)
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