Más bien, busquen todo lo que sea bueno y que ayude a su espíritu, así como los niños recién nacidos buscan ansiosos la leche de su madre. Si lo hacen así, serán mejores cristianos y Dios los salvará, (1 Pedro 2:2 TLA)
Dios me ha bendecido con la dicha de, junto a mi esposa, procrear cuatro hermosos hijos - 3 varones y una hembra. Durante los meses de embarazo de nuestro primer hijo, mi esposa se dio a la tarea de estudiar las prácticas de alimentación y cuidado más beneficiosas para un recién nacido. El consenso entre los profesionales de salud que consultó era que no hay nada mejor para iniciar a un bebe que la lactancia. Los nutrientes de la leche materna no tienen igual - no solo alimentan, sino también fortalecen el sistema inmunológico en los primeros días/meses como ningún otro alimento.
Antes del alumbramiento, me preguntaba si el bebe procuraría ser alimentado por su mamá y si le gustaría la leche materna. Luego del alumbramiento, fue maravilloso ver como mi hijo, a modo de instinto, procuraba, al menos cada dos horas, ser alimentado por mi esposa. Como si supiera lo que era mejor, el disfrutaba ser alimentado y prefería la leche materna sobre cualquier otra comida. Día tras día veía como mi hijo ganaba peso, se fortalecía y se mantenía saludable.
En lo que respecta a tu vida, ¿procuras constantemente lo que es mejor y que edifique tu espíritu? ¿lo haces con entusiasmo, como un recién nacido procura la leche materna, sabiendo que es lo mejor para ti? O a caso ¿te conformas con alimento espiritual/intelectual/relacional de baja calidad, y eres negligente no procurando aquellas cosas que son buenas y de beneficio para tu crecimiento integral?
En este día, escuchemos el consejo de Dios que nos invita a procurar lo que es bueno y de beneficio en todas las áreas de nuestras vidas. Con ansias, permitámosle a Dios alimentar nuestro ser con el conocimiento de su Palabra a través de una relación personal con Jesucristo, dirigida por el Espíritu Santo. Y, siempre anhelemos lo mejor de Dios para nuestras vidas, sabiendo que al hacerlo, tal como la leche materna alimenta y fortalece al bebe, nosotros creceremos y nos fortaleceremos en toda sabiduría espiritual. Esto, nos permitirá vivir de manera tal que todo lo que hagamos traiga gloria al nombre de Dios, y sea de bendición para nuestras vidas y para las personas que Dios pone en nuestro camino.
Dios me ha bendecido con la dicha de, junto a mi esposa, procrear cuatro hermosos hijos - 3 varones y una hembra. Durante los meses de embarazo de nuestro primer hijo, mi esposa se dio a la tarea de estudiar las prácticas de alimentación y cuidado más beneficiosas para un recién nacido. El consenso entre los profesionales de salud que consultó era que no hay nada mejor para iniciar a un bebe que la lactancia. Los nutrientes de la leche materna no tienen igual - no solo alimentan, sino también fortalecen el sistema inmunológico en los primeros días/meses como ningún otro alimento.
Antes del alumbramiento, me preguntaba si el bebe procuraría ser alimentado por su mamá y si le gustaría la leche materna. Luego del alumbramiento, fue maravilloso ver como mi hijo, a modo de instinto, procuraba, al menos cada dos horas, ser alimentado por mi esposa. Como si supiera lo que era mejor, el disfrutaba ser alimentado y prefería la leche materna sobre cualquier otra comida. Día tras día veía como mi hijo ganaba peso, se fortalecía y se mantenía saludable.
En lo que respecta a tu vida, ¿procuras constantemente lo que es mejor y que edifique tu espíritu? ¿lo haces con entusiasmo, como un recién nacido procura la leche materna, sabiendo que es lo mejor para ti? O a caso ¿te conformas con alimento espiritual/intelectual/relacional de baja calidad, y eres negligente no procurando aquellas cosas que son buenas y de beneficio para tu crecimiento integral?
En este día, escuchemos el consejo de Dios que nos invita a procurar lo que es bueno y de beneficio en todas las áreas de nuestras vidas. Con ansias, permitámosle a Dios alimentar nuestro ser con el conocimiento de su Palabra a través de una relación personal con Jesucristo, dirigida por el Espíritu Santo. Y, siempre anhelemos lo mejor de Dios para nuestras vidas, sabiendo que al hacerlo, tal como la leche materna alimenta y fortalece al bebe, nosotros creceremos y nos fortaleceremos en toda sabiduría espiritual. Esto, nos permitirá vivir de manera tal que todo lo que hagamos traiga gloria al nombre de Dios, y sea de bendición para nuestras vidas y para las personas que Dios pone en nuestro camino.
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