La pregunta sobre “qué es verdadero”, es una que ha
perseguido a la humanidad desde sus comienzos. De hecho, el concepto de lo que
es “verdad” ha cambiado mucho con el pasar de los años. Si damos un vistazo a
la historia, notamos que cada generación ha hecho un intento de definir
aquellas cosas que son verdaderas – lo que era significativo para una
generación, para otra, es irrelevante, y vise versa. Lo que para una generación era un misterio
trascendental, para otra era una verdad evidente.
A veces, ir en busca de la verdad nos puede parecer
como caminar por un laberinto por el cual puede ser sumamente difícil navegar.
Cada senda, cada curva, no son desconocidas, y solo mientras caminamos por el
mismo, poco a poco podemos ir descifrando el camino que debemos seguir para
llegar a la salida - a mi me ha pasado.
Por otro lado, llegar a la verdad, puede ser un gran reto,
pues todos aprendemos de diferentes maneras. Los profesionales en educación aseguran que
existen al menos siete (7) diferentes tipos de inteligencias, lo que implica
que no todas las personas aprendemos igual, y por ende no llegamos al conocimiento
de la verdad de la misma forma. Algunas verdades nos llegan por la interacción
de nuestros sentidos sensoriales.
Hay verdades que llegamos a comprender por lo que vemos, olemos, oímos,
gustamos, y/o tocamos. Otras verdades, las descubrimos por medio de un proceso
de aprendizaje racional sistemático
y disciplinado, como lo es las matemáticas, la observación científica, y el
análisis e investigación. Todavía otras verdades, solamente las podemos
aprender por medio de la experiencia.
Hay cosas, que simplemente no es hasta que las vivimos que las podemos
realmente entender. En fin, mis amados/as, la verdad, la gran mayoría de las
veces, es más difícil de obtener y entender de lo que quisiéramos pensar.
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En el pasaje bíblico de Juan 18:33-38ª, nos
encontramos con un relato que nos puede dar luz sobre este asunto de ENCONTRAR LO QUE ES VERDADERO EN ESTA VIDA.
Jesús, luego de ser arrestado por las autoridades religiosas de su tiempo, fue
llevado ante Poncio Pilato, quien era el gobernador de la región y quien
tendría que decidir qué hacer con Jesús, ante las acusaciones en su contra. La
acusación contra Jesús era muy seria. Los líderes religiosos que confabularon
en su contra, lo acusaban de auto-proclamarse, Rey de los Judíos – que de ser
probado cierto, tenía como castigo, la muerte. Como escuchamos, interrogar a
Jesús, no fue cosa fácil. Por un lado, estaba Pilato haciendo preguntas
tratando de hacer sentido de lo que estaba pasando. Y por el otro, estaba Jesús,
quien contestaba a las preguntas de Pilato de manera que, tal vez, no le eran
fáciles de entender.
Ya en el momento culminante del interrogatorio, Jesús
hizo un señalamiento a Pilato que quisiera que consideremos con más
detenimiento, pues en el mismo creo se encierra una enseñanza MUY IMPORTANTE,
si es que queremos en esta vida crecer en el conocimiento de la VERDAD. Jesús,
a insistencias de Pilato, reveló en unas breves palabras la esencia de su
misión de vida, cuando dijo: “Yo para esto nací, y para esto vine al
mundo: para dar testimonio de la verdad” (vs 37).
A la luz de las palabras de Jesús, entendamos que hay verdades en esta vida, tal vez las más
importantes, QUE SOLO DIOS NOS LAS PUEDE ENSEÑAR y AYUDAR A ENTENDER. Hay cosas
que la ciencia, no nos podrá enseñar ni explicar. Hay verdades, que trascienden
nuestros sentidos sensoriales. Hay principios de vida que las experiencias de
la vida NO NOS PUEDEN ENSEÑAR.
Hay verdades, aquellas
que nos conducen a una vida plena y abundante, que solo nos son posibles
entender, por medio de una relación constante y creciente con Jesucristo –
EL GRAN TESTIGO DE LA VERDAD. Jesús claramente se
lo explicó a Pilato. Él le dijo: “yo vine al mundo para dar testimonio de la
verdad”. En otra ocasión, el mismo Jesús les aclaró a sus seguidores: “Yo
soy el Camino, la Verdad y la Vida” (Juan 14:6).
Si en tu vida hay verdades sobre quién eres, cuál es
tu propósito en la vida, o sobre cómo puedes encontrar verdadera felicidad que
parecen eludirte (o se te escapan y no las logras entender), fija tu mirada en Jesús. El vino a dar
testimonio de la verdad, y nos promete que si permanecemos en Su verdad,
alcanzaremos la libertad que nos permite desarrollar nuestra vida al máximo –
según la voluntad de Dios (Juan 8:31-32).
No es la Iglesia, no es la religión, no son las
tradiciones o las modas, o los rituales, ni las doctrinas – ES JESUS quien nos
puede encaminar al conocimiento de la verdad de Dios en nuestras vidas. No es
Google, ni Youtube, o la doctora Polo, quien nos puede enseñar a enfrentar las
problemáticas de la vida – ES JESUS, quien nos puede dar la sabiduría para que
vivamos dando buenos frutos en nuestro diario vivir.
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Mis amados/as, toda
verdad, especialmente aquellas que se refieren a nuestra fe, que no encuentran
su principio y su final en la vida y ministerio de Jesús, corren el peligro de
llevarnos por un camino equivocado – Jesús mismo lo dijo: “YO SOY EL CAMINO”. Si realmente tú
quieres conocer la verdad, si realmente anhelas descifrar la senda que conduce
a una vida plena, abundante y eterna. Si quieres ser mejor persona,
padre/madre/, hijo/a, esposo/a, amigo/a, vecino/a, siervo/a, profesional - TIENES
QUE CADA DIA CONOCER MÁS A JESUS. Tienes que dedicar tiempo a la lectura y
estudio de la Biblia, con la guía del Espíritu Santo. Tienes que sacar tiempo
para orar. Tienes que congregarte regularmente. Tienes que desarrollar la
disciplina de dar generosamente. Tienes que poner tus talentos en obra a través
del servicio – pues a través de todo esto, y mucho más, Jesús se nos revela PLENAMENTE
en GRACIA Y VERDAD (Juan 1:17).
Si realmente
quieres conocer la VERDAD, tienes que ir a Jesús. Escucharlo, conocerlo,
observar con detenimiento Su vida: ¿cómo era? ¿qué hacía? ¿qué decía? ¿cómo
trataba a los demás – especialmente a los marginados, y desprovistos? ¿cómo se
ganaba a la gente? ¿por qué los niños iban tras de él? Tienes que preguntarte, ¿por
qué generaba incomodidad en las esferas de poder y privilegio? ¿por qué lo
mataron? ¿cuáles era sus preocupaciones? ¿qué buenas noticias traía a la gente?
¿entre quién se movía? ¿quiénes eran sus amigos? ¿Qué imagen de Dios era la que
presentaba al mundo?
Esto no se trata de fanatismo ni extremos, se trata de
encaminar nuestras vidas en la senda que conduce A LA VIDA ETERNA. Se trata de
mantenernos ENFOCADOS EN QUIEN REALMENTE PUEDE TRANSFORMAR NUESTRAS VIDAS – Jesús
de Nazaret, y solo Jesús (no Abraham, Moisés, David, o Pablo), Jesús, el AUTOR
y CONSUMADOR de nuestra fe (Hebreos 12:2), el Alfa y la Omega, quien es el
principio y el fin (Apocalipsis 22:13).
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La invitación de hoy es PARA TODOS/AS. Los que por
primera vez estén escuchando sobre el amor de Jesús – y los que llevemos toda
una vida caminando con El. Que este sea
tu nuevo énfasis hacia el futuro – CONOCER LA VERDAD, a través de la revelación
de DIOS por medio de Jesucristo, y que opera en nuestros tiempos en la
presencia y hacer del Espíritu Santo.
¿Quieres conocer la Verdad? – CONOCE A JESUS.
Oremos: Amado
Dios, anhelamos conocer y vivir en tu verdad. Hoy te pedimos que por medio del
Espíritu Santo nos ayudes a comprender cada día mejor TU LEY DE AMOR, a Ti, y a
nuestro prójimo. Que abras nuestras mentes a los misterios de tu amor y verdad.
Que aclares nuestra visión, para que podamos caminar hacia tu verdad en la cual
encontramos libertad. Que podamos anhelar tu vida, en la cual se nos promete
plenitud y bienestar.
Disipa toda tiniebla que trata de confundirnos
y alejarnos de tu propósito para nuestras vidas, y concédenos tu gracia y
sabiduría para discernir lo que es bueno y agradable ante Ti
Finalmente, pon hambre de tu Palabra en
nuestras mentes y corazones. Pon sed de Tu Espíritu en nuestros corazones, pon
visión del Reino en nuestros ojos para que sembremos generosamente, y pasión en
nuestras manos, para que sirvamos y compartamos con el mundo, de palabras y de
hechos TU VERDAD, que es VIDA Y BENDICION para quienes la recibimos y ponemos
en práctica. En el nombre de Jesús – nuestra VERDAD, Amén.
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